¿Tienes debilidad muscular? Esto
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Edoméx en Línea/Teotihuacán en Línea. La debilidad muscular
es un síntoma muy frecuente. En muchas ocasiones se debe a condiciones leves y
transitorias, pero en ciertos casos constituye una manifestación de enfermedades
graves que requieren atención urgente.
La debilidad muscular o miastenia es la reducción de la
fuerza muscular por una dificultad de contracción adecuada de los músculos en
relación al esfuerzo exigido. Este término se utiliza con frecuencia de forma
incorrecta, según explica Coral Suero, responsable de Urgencias en Hospital de
la Axarquía y miembro de la Sociedad de Medicina de Urgencias y Emergencias, quien
resalta que muchas personas “Con fuerza muscular normal dicen que se sienten
débiles cuando el problema es la fatiga o cuando se sienten limitados
debido al dolor o rigidez de las articulaciones”.
La fatiga es la sensación de cansancio o agotamiento que
requiere de descanso y es debida a falta de energía o fuerza. “Puede ser
consecuencia del excesivo trabajo, las escasas horas de sueño, las
preocupaciones, el aburrimiento o la falta de ejercicio”, precisa Suero. Pero
también es un síntoma que puede ser causado “Por enfermedades, fármacos o
tratamientos médicos, como la quimioterapia”. Condiciones como la ansiedad o la
depresión también pueden originar fatiga.
La médica de urgencias subraya que tanto la debilidad como
la fatiga muscular son síntomas, no enfermedades. “Debido a que pueden ser
causadas por muchos otros problemas de salud, la importancia puede determinarse
solo cuando se evalúan junto a otros síntomas”, advierte.
Enfermedades que pueden causar debilidad muscular
Las enfermedades que originan debilidad muscular son muy
variadas. Estos son algunos de los ejemplos más relevantes:
Patologías cerebrales: tumores, esclerosis múltiple, ictus.
Trastornos de la médula espinal: mielitis transversa aguda,
síndrome de la cola de caballo, espondilosis cervical, hernia de disco.
Enfermedades que afectan a los nervios periféricos:
esclerosis lateral amiotrófica (ELA), síndrome de Guillain-Barré, síndrome
postpolio.
Infecciones: sífilis, enfermedad de Lyme, difteria,
hepatitis C, VIH.
Trastornos electrolíticos.
Diabetes.
Consumo excesivo de alcohol.
Ejercicio extenuante.
Consumo de determinados fármacos.
Cómo se manifiesta la debilidad
muscular
La debilidad muscular se caracteriza por una diversidad de
manifestaciones. Puede aparecer de forma brusca, pero en otras ocasiones lo
hace de forma muy gradual. Asimismo, puede afectar a todos los músculos del
cuerpo (debilidad generalizada) o circunscribirse a solo a una parte de
ellos.
Por otra parte, Suero indica que “Los síntomas dependen de
cuáles sean los músculos afectados”. Por ejemplo, “La debilidad que afecta a
los músculos del tórax provocará dificultad para respirar, mientras que la que
afecta a los músculos que controlan los ojos provocará en el paciente visión
doble o caída de los párpados”.
Signos que alertan de la necesidad de acudir al médico
¿Cuándo hay que consultar al médico de atención primaria y
en qué casos es preciso dirigirse directamente a las urgencias hospitalarias?
La experta de la Semes explica que se consideran como síntomas de alarma
aquellas situaciones en las que la debilidad genera otros síntomas como:
Debilidad que aumenta de forma progresiva.
Dificultad respiratoria.
Dificultad para la elevación de la cabeza.
Dificultad para masticar, hablar o tragar.
Dificultad para caminar.
Los pacientes que experimentan alguno de estos signos de
alarma deben acudir a un servicio de urgencias cuanto antes. La razón es que en
estos casos existe el riesgo de un rápido empeoramiento que puede “causar
discapacidad permanente o incluso la muerte”.
Aquellas personas que no presentan signos de alarma “deben
contactar con su médico de atención primaria y ser valorados en consulta para
determinar la necesidad de realización de pruebas más específicas en función de
sus patologías previas y de la exploración clínica y los síntomas que
presenten”.
Tratamiento y prevención de la
debilidad muscular
Si se detecta el origen de la debilidad muscular, el
tratamiento se realiza en función de la causa. “Si la debilidad comienza de
forma súbita y causa dificultad para respirar, puede ser necesario
un respirador y constituye una situación de extrema gravedad”, apunta
Suero.
Si la debilidad es permanente, la fisioterapia y la terapia
ocupacional pueden ayudar a la persona afectada a adaptarse y compensar la
pérdida de función. “La fisioterapia puede ayudar tanto al mantenimiento como a
recuperar la fuerza perdida”, comenta la experta.
Respecto a la prevención de aquellos casos que no se deben a
ninguna enfermedad grave, ofrece las siguientes recomendaciones:
Dormir un número de horas adecuado.
Evitar el ejercicio físico excesivo.
Realizar antes del ejercicio un adecuado calentamiento y
estiramientos progresivos.
Ingesta adecuada de hidratos de carbono e hidratación
diaria.
Los fármacos son otra causa frecuente de debilidad, ya que
son más susceptibles a sus efectos secundarios (como daño muscular y problemas
neurológicos).
“Con independencia de cuál sea la causa de la debilidad, la
fisioterapia y mantener un estilo de vida activo, tanto desde el punto de vista
físico como psicológico, puede ayudar a las personas mayores a mejorar su
funcionalidad”, concluye la médico de urgencias