¿Cómo vas a saber si te vas a
quedar calvo?
Edoméx en Línea/Teotihuacán en Línea. Algunas personas
conservan todo su pelo a lo largo de la vida y otras lo pierden antes de los
50. El factor genético explica una parte de estas diferencias, pero también pueden
influir ciertas enfermedades y factores ambientales.
La alopecia es un problema muy común y en la mayoría de los
casos no responde a ninguna enfermedad. Se trata, simplemente, de una
consecuencia más del proceso de envejecimiento. Sin embargo, este hecho no
siempre es motivo de consuelo y muchas personas se preguntan cómo pueden saber
si van a perder la mayoría de su pelo antes de llegar a los 50 (o incluso
antes).
¿En qué medida se puede predecir si alguien se va a quedar
calvo? La mala noticia es que el grado de incertidumbre es muy elevado. La
buena, que cuando existe una sospecha fundada -sobre todo, porque hay una
alopecia incipiente en zonas muy características del cuero cabelludo- hay
tratamientos altamente eficaces que permiten frenar la caída del cabello y
evitan tener que recurrir al trasplante de pelo como solución definitiva.
Diferentes alopecias, distinto
pronóstico
Ante todo, conviene diferenciar los distintos tipos de
alopecia y, sobre todo, distinguir la fisiológica de la patológica. “Hay muchas
enfermedades que tienen como consecuencia una pérdida de pelo”, asegura la
dermatóloga Rosa Taberner, autora del blog Dermapixel. “Desde una tiña -una
infección por hongos- hasta una alopecia areata, que es una enfermedad
autoinmune, o bien alopecias cicatriciales”. Estas últimas se caracterizan por
la sustitución del folículo del pelo por tejido cicatricial.
También cabe citar, tal y como indica Miguel Sánchez Viera,
director del Instituto de Dermatología Integral, el efluvio telógeno, que es
“un aumento de la caída del cabello que se da de manera natural en los cambios
de estación, pero puede deberse a múltiples causas generales, orgánicas
(infecciones como la Covid-19) o psicológicas”.
Un diagnóstico certero y a tiempo de estas enfermedades
permite tratarlas y, en buena parte de los casos, frenar la calvicie. Pero no
siempre, tal y como advierte Taberner. Cada enfermedad tiene su curso natural y
también hay que tener en cuenta las características de cada paciente. “Casi
siempre se recupera la alopecia secundaria a una tiña, pero hay tiñas muy
inflamatorias que pueden provocar la destrucción permanente del folículo”,
resalta la dermatóloga a modo de ejemplo.
Cómo saber si tienes alopecia androgénica
Cuando la calvicie no está producida por ninguna enfermedad,
nos encontramos ante lo que se conoce como alopecia androgénica (también
llamada androgenética), que según Sánchez Viera “puede llegar a afectar al 75%
de los varones y empieza a desarrollarse entre los 20 y los 40 años”. La
femenina “puede darse hasta en el 30% de las mujeres, especialmente con la
llegada de la menopausia o por causas hormonales”.
Importancia del factor genético
Los antecedentes familiares de alopecia permiten predecir si
una persona va a sufrir una calvicie de tipo androgénico, pero solo hasta
cierto punto. “La alopecia puede estar condicionada en parte por factores
genéticos, pero no exclusivamente”, precisa Taberner. “A veces es la suma de
muchas cosas y ahí entran en juego diversos factores ambientales”.
Como dato curioso, Taberner comenta que, para averiguar si
tenemos un riesgo genético aumentado “nos tenemos que fijar más en nuestros
abuelos maternos que en los paternos porque la alopecia androgénica está ligada
a un gen receptor de andrógenos que está en el cromosoma X”, que es el que solo
transmiten a sus descendientes las mujeres.
Dónde se produce la caída del
pelo
En el caso de los hombres, la pérdida de pelo de tipo
androgénico se produce principalmente en la zona de las entradas (sienes), en
la coronilla y en la frente, mientras que en las mujeres aparece más en la
parte superior de la cabeza y lo hace de manera difusa.
Las alopecias producidas por una enfermedad siguen un patrón
distinto. “Si aparecen placas de calvicie redondeadas, hablamos de alopecia
areata y si vemos que la línea del cabello está cada vez más retraída, podemos
estar frente un caso de alopecia cicatricial”, apunta Sánchez Viera.
Pérdida diaria de cabello
Cada día se caen de forma natural unos 100 pelos. “El pelo
es como la piel”, relata Taberner. “Es una estructura viva que sufre un
recambio y pasa por distintas fases”. La fase de crecimiento dura años, después
hay un periodo de parada y, finalmente, el pelo se desprende y sale otro nuevo.
Es imposible cuantificar los pelos que se caen al día, pero
se puede apreciar una pérdida de densidad, así como la presencia de más
cabellos de los habituales en el peine o el cepillo, o bien en la almohada
después del descanso nocturno. “Si ocurre esto, es el momento de acudir al
especialista”, aconseja la dermatóloga.
Otras señales de alerta
En el caso de las alopecias androgenéticas, se puede
observar que el cabello se va miniaturizando y finalmente se cae. Los
dermatólogos disponen de métodos para valorar estos aspectos.
Tratamientos para prevenir la alopecia androgénica
“Las alopecias, como cualquier otra enfermedad, se pueden
prevenir cuando se conoce la causa o existencia de una predisposición genética.
Por eso es importante acudir al dermatólogo ante la sospecha de los primeros
síntomas o si hay antecedentes en la familia”, señala Sánchez Viera.
En el caso de la alopecia androgénica, cuando se diagnostica
porque se observa que se está produciendo una pérdida incipiente y progresiva
de cabello, la terapia precoz permite frenarla. “Tenemos tratamientos eficaces
tanto tópicos como orales, solos o combinados, que tienen unos resultados muy
buenos cuando los manejan expertos que saben lo que hacen”, recalca Taberner.
De hecho, permiten evitar muchos trasplantes de pelo, que se suelen reservar
para cuando ya es demasiado tarde.
Calvicie y hábitos de vida: ¿hay algo que podamos hacer?
En lo que se refiere al estilo de vida, Marta Hermosín,
especialista en nutrición y dermocosmética del Instituto de Dermatología
Integral, señala que, como en el resto de problemas del organismo, “un estilo
de vida sano es una buena ayuda” para evitar una pérdida masiva del cabello.
“Alimentación, descanso y ejercicio regular son piezas fundamentales”.
Respecto a la influencia del estado de ánimo, la experta
recuerda que el estrés y la ansiedad “son desencadenantes de muchas patologías,
entre ellas la pérdida de cabello”. Para comprobar si es así, es necesario
efectuar “estudios analíticos, generales y orientados a síntomas, análisis del
cabello y el cuero cabelludo y, a veces, consultar al psicólogo”. Una vez
identificada la causa, “el cabello se puede recuperar y volver a tener la
densidad anterior al problema”.
No obstante, los especialistas aclaran que no existe ningún
tipo de prevención específica relacionada con hábitos de vida que pueda frenar
la alopecia. “El pelo se cae cuando se tiene que caer”, resume Taberner. A
pesar de las creencias populares, algunas de ellas muy arraigadas, no influye en la
calvicie ninguno de los siguientes gestos:
Llevar gel
Tener el pelo corto o largo
Ingerir ciertos alimentos
Lavar mucho o poco el cabello