La Columna Rota: que el
feminicidio; no sea una tradición
Teotihuacán en Línea. Hoy me escaparía e iría a tu estrella
a visitarte. A darte un abrazo de esos bien fuertes, donde apetece quedarse un
rato largo. Iría a contarte cuanto te echamos de menos o cómo está siendo todo
esto sin ti. Te diría todo lo que he hecho durante estos años. Lo que he
conseguido y lo que no. Si quieres te cuento lo que tengo en mente para un
futuro. Iría para verte sonreír una vez más. Para decirte cuanto te quiero.
Para agarrarte de la mano y volver al pasado por un momento. Donde tú estabas.
Donde todo era más fácil. También mejor. Iría a decirte que seguimos echándote
en falta a cada rato, que tu silla sigue sin ocuparse y que te recordamos en
cada momento. Hoy más que nunca iría a verte, a tu estrella, y te traería de
vuelta. Para siempre... Roby: madre de Fanny, asesinada el 14 de diciembre de
2017.
LA COLUMNA ROTA/ VERÓNICA
VILLALVAZO (FRIDAGUERRERA)
Hace ya algunos años, la inquietud de una joven mujer, que
se percató que cerca de su oficina había sido asesinada una mujer en la Ciudad
de México, la llevó a darse cuenta que el Feminicidio, estaba cerrando el
círculo, preocupada lo comentó en su lugar de trabajo, además de expresar que
deseaba hacer algo más que solo preocuparse. Decidida lo planteo en su oficina,
un Corporativo integrado por varias agencias de publicidad. Fue entonces que
nació la propuesta declarar un día exclusivo para recordar y exigir justicia
por las mujeres y niñas víctimas de feminicidio en este país. Un grupo de la
sociedad preocupada que no esperó a que les asesinaran a alguien que aman,
actuaron. Ese fue el error, actuar antes de ser víctima.
Cuando Grey nos dio a conocer no solo a mí, sino también a
ONGs que se dedican al tema de la violencia contra la Mujer. La propuesta la
hice extensiva al grupo de madres y familias que acompaño, algunas desde 2016
sobre qué les parecía la invitación. La voz fue una. ¡Es justo!.
La agencia se alejó para no dañar la lucha diaria que las
familias libran. Y para que dejaran de atacarnos. Desde ese 2018 hemos salido a
marchar solamente ese día. Porque para las Voces de la Ausencia es importante
que se entienda, que todos los días añoran a sus hijas, madres.
Sus altares son eternos.
Siempre que acudimos a visitar a una familia, esos altares,
sus rostros, llenos de flores y veladoras son los que nos reciben y ahora
acompañan a sus madres, padres que todos los días las necesitan.
Esas familias que a diario hablan con ellas, que ahora las
traen en su corazón, en su mente; que a diario las torturan decenas de
preguntas. ¿por qué a ella?, ¿qué mal le hicieron a su asesino, para que las
aniquilara?. La culpa en muchas ocasiones las envuelve como telaraña.
Cuestionándose ¿por qué no hicieron otra cosa, para evitar que se las
arrebataran? Cuando en muchas ocasiones les hemos dicho que no es su culpa,
sino del asesino. Tranquilas nos
responden que sí, pero en el fondo siempre se cuestionan eso.
Muchas ocasiones estas familias, acuden a reuniones, a
fiestas, sonríen, pero sus miradas mantienen ese dejo de tristeza. Imaginando
como habría sido esa reunión si ella estuviera ahí.
La ausencia es perpetua, no solo un día.
La propuesta es y seguirá siendo abrazar el día de muertas,
envueltos en el manto de estos días de muertos. Abrazando la tradición, no así
proponiendo que el feminicidio lo sea. El punto principal es visualizar el
cáncer terrible que adolece este país y que por más quimioterapias que quieren
darle, (Alertas de Género) no funciona.
#3NDiadeMuertas.
La magnitud de los feminicidios en México exige
institucionalizar oficialmente y a nivel internacional un día para recordar a
todas sus víctimas. Un día para llamar la atención del mundo en todos los
niveles hasta lograr justicia, reparación y verdad para las víctimas. Ese es el
objetivo principal, por lo que, como Voces de la Ausencia, nos sumamos y
decidimos salir a las calles para que si no todas, algunas familias víctimas se
vean, porque han sido olvidadas en la indiferencia de gobiernos, y por la
sociedad civil.
No, no pretendemos que se normalice la violencia o los
feminicidios,y mucho menos se acrecenté, tampoco estamos demeritando el termino
ASESINADAS. Las cosas deben ser llamadas por su nombre si no, no existen,
sabemos qué es un feminicidio, y lo hemos gritado una y otra vez, pero un Día
de Muertas, en los días intocables para esta sociedad milenaria que se deja
abrazar por el “Halloween”, alterando sus tradiciones, pero se asusta cuando un
grupo de familias se unen para exigir un 3 de noviembre Día de Muertas,
víctimas de feminicidio. Solo con la finalidad de que la comunidad
Internacional, porque la nacional hace mucho se acostumbró al hecho, exija que
se detenga esta barbarie.
Justicia, Verdad, Reparación. Es lo que cada una de estas
familias necesita, evitar la repetición de los hechos, y ayudar a detener un
poco esta pandemia. “Yo no quiero que una familia más vuelva a pasar por esto”,
es lo primero que las familias me hacen saber cuándo deciden dar sus
testimonios.
Sabemos que diario son asesinadas en este país mujeres y
niñas, que muchos de esos casos ni siquiera se ven.
No pretendemos que se normalice la violencia
feminicida, no llevamos 20 años
exigiendo, llevamos seis años redactando cada semana una historia diferente de
mujeres y niñas asesinadas, aproximadamente doscientas historias de vida de
quienes no debieron ser asesinadas, más de doscientas familias con las que
hemos hablado, a quienes hemos abrazado y acompañado. Algunas se quedan, otras
se han ido. No queremos que crezca, exigimos que se detenga, se visualice.
Hemos sido
descalificadas, atacadas, desacreditadas por quien ha llevado la batuta del
tema en todo el país con sus organismos que señalan la iniciativa como mero
acto publicitario. En mi libro Ni Una Más, (Editorial Aguilar) detallo cual es
mi experiencia frente a estos organismos. No es una campaña publicitaria, es la
iniciativa de un grupo de personas que decidió actuar frente a lo innegable,
que buscó quien abrazara esta iniciativa para evitar que se confundiera como
algo meramente “publicitario” como lo han manejado.
No es un capricho personal, es la decisión de una parte de
esta sociedad que está harta y que ha decidido salir a abrazar a las familias
que estoicas decidieron decirles NO, a las tradicionales fiestas, y de frente decidir
que no solo deben poner las fotos de sus hijas dentro del altar familiar: Quieren un día para ellas, para que haya justicia y esto ya
se detenga.
Desde el 30 de octubre, decenas, centenas, miles de familias
han puesto sus altares, esperando a abrazar a sus muertos. A las mujeres
víctimas de feminicidio también las colocan en ellas. ¿Por qué es tan
indignante sacarlas de ese contexto? ¿Por qué NO, rescatarlas de esa
invisibilidad? NO, no murieron. LAS ASESINARON. #3NDiadeMuertas.
Conmemoramos sus vidas aquellas que hemos narrado en este
espacio, y documentando las vidas arrancadas a diario en todo el territorio
mexicano. Cuando inicié desde esta columna narrando sus historias de vida, lo
hice con el objetivo principal de sacarlas de las notas rojas, mostrando sus
sueños, sus planes de vida, siempre de la voz de las únicas que las conocieron
sus familias, porque yo jamás las conocí. Debemos detenernos, dejar de
atacarnos unas a otras, evitar con descalificaciones criminalizar a quienes
pensamos diferente, ahí justo es dónde empezaremos a cambiar la historia de las
mexicanas.
Esta marcha en la que no se ha roto un vidrio, ni hemos
realizado alguna pinta o quema, es acompañada por los niños y niñas que se han
quedado en la orfandad, sin sus madres. Niñas que hemos ayudado a rescatar
vivas de las garras de quienes pretendieron lastimarlas. Por ello es una marcha
cien por ciento pacífica.
noviembre2022
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una
mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame,
ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
P.D. Cada uno de los
textos expuestos en este espacio, son con autorización y acompañamiento de las
víctimas. Porque solo somos la extensión de su grito de justicia.
@FridaGuerrera
@vocesDLAusencia