Lidia Yareth; Una bebé de un año que está desaparecida
LA COLUMNA ROTA/ FRIDAGUERRERA VILLALVAZO
La casa que en está ocasión visitamos, se encuentra en uno
de los puntos más peligrosos de la Ciudad de México, en la Alcaldía Gustavo A.
Madero, la cita el día sábado 19 de abril de 2019, la casa humilde tiene una
tiendita que es atendida por Doña Aurora Franco, una mujer ya mayor pero fuerte
de aquellas mujeres que nos enseñaron siempre a luchar a salir adelante; en
2016 quedo viuda a pesar del dolor Doña Aurora sigue trabajando porque así es
como debe ser, la vida sigue aún con el dolor de la muerte. Pasamos al pequeño
patio de la morada de una familia rota que una vez más nos abrió la puerta, el
corazón, el dolor, la incertidumbre.
El ocho de febrero de 2018, la pequeña Lidia Yareth Martínez
Peralta, nació en el Estado de México, una bebé esperada y amada por su madre
Ana Lidia, quien la concibió y recibió con mucho amor, emocionada, llena de
ilusiones, al haber sufrido un aborto espontáneo antes de que se culminara la
concepción de la bebé, por lo que el amor y cuidado con la nena desde el
vientre fue extremo.
Ana Lidia Peralta Rivas, la madre de Lidia Yareth nació el
veinticuatro de julio de 1999, la hija menor de dos. Desde pequeña fue una niña
muy cariñosa, besucona, cuidada y amada por su mamá, quien se separó del padre
de sus hijos luego de ser víctima de violencia intrafamiliar, Lidia Rivas
Franco es una mujer de cincuenta años, a los 31 años nació su segunda hija sacó
adelante a sus dos hijos trabajando. “Yo no me iba a quedar con un hombre
violento, saqué adelante a mis hijos siendo estilista, eso les enseñé tanto a
mi hijo como a mi Anita, no nos daba miedo trabajar”.
Anita como cariñosamente le decía Lidia, se enamoró a los 17
años. Se unió al padre de la bebé un año más tarde “estaba muy enamorada, y
evitar que lo viera a esa edad no era la mejor opción prefería tenerla cerca, y
sobre todo conocerlo bien a él, finalmente empezaron a vivir juntos y llegó mi
niña Lida Yareth y fue volver a ver a mi Anita de bebé son muy parecidas”
Recuerda la madre.
“Mi Anita era muy querida por su familia, amigos, por
conocidos a todos les hablaba, todo mundo la saludaba, fue una joven normal
como todas, le gustaba la escuela tuvo su etapa de rebelde, como todos tuvimos,
cuando se enamoró, lo hizo en serio y finalmente nació el amor de su vida, daba
la vida por su niña, siempre la traía muy arreglada, con sus moños, como una
princesa porque decía que eso era Yareth una princesa”. Me detalla Lidia.
El muro de Facebook de la joven madre está lleno de consejos
e imágenes alusivas al amor de una madre por su hija, resaltando en todo
momento el amor que tenía por su pequeña, es por ello que la madre de Anita, no
entiende qué fue lo que sucedió ese 14 de abril de 2019.
El 15 de abril, la policía localizó a Lidia para notificarle
que su hija “había sido encontrada sin vida” en su casa, en Huehuetoca, Estado
de México. Quien la descubrió fue su esposo, le hizo saber a las autoridades
que la encontró ya sin vida, suspendida que la descolgó e intento reanimarla,
sin embargo, ya no pudo hacer nada. La pequeña supuestamente fue sacada de su
casa “por un familiar” sin embargo, nadie sabe qué familiar se la llevó o la
tiene en su poder.
“Mi hija está muerta. La acabó de enterrar, pero mi nieta
está desaparecida no la encuentro. No sé cómo está, no sé quién la tiene y lo
único que quiero es saberla bien, recuperarla porque es lo que mi hija hubiera
querido”.
Al entrar a la sala de la humilde vivienda al fondo de la
pequeña habitación de lado derecho la imagen de Ana Lidia en tamaño natural nos
recibe; ataviada en un hermoso vestido azul cielo, con un coqueto frente en
negro y una amplia sonrisa, el cabello peinado delicadamente posa de lado
derecho del rostro de la joven, la mirada llena de esperanza, de amor: ahí
quedo inmortalizada fue cuando cumplió 15 años. A un lado la mesa donde la
imagen de la Virgen de Guadalupe monta guardia, a los pies de la escultura la
foto de Ana Lidia cuando era una niña, cuando su abuelito Don Pedro Rivas Ibarra,
le decía cariñosamente “Güereja”. Un pequeño cirio montado en una base en color
negro da luz al altar. Una cruz de flores blancas envueltas en hojas verdes
ocupa el centro de la habitación, pequeños ramos de rosales de colores rosa,
rojo y blanco hacen custodia a la cruz de cal instalada en el piso gris,
adornada también con flores rosas y blancas, cinco veladoras alumbran la
negrura de aquella habitación. Su cuerpo fue sepultado el día 17 de abril.
Lidia, muestra una entereza admirable, al verme en el primer
momento unas lágrimas brotan de sus ojos, al decirle se vale llorar, íntegra me
contesta, “No, tengo que buscar a mi nietecita”. Se limpió los ojos y entonces
me hizo saber la historia que usted acaba de leer.
“Le pido a quién tiene a mi nieta por favor me haga saber
que ella está bien, no buscó problemas ni culpar a nadie, solo quiero verla,
abrazarla, hacerle saber a mi hija que la tengo conmigo, del cómo perdió la
vida mi hija ya se encargaran las autoridades de decirme qué sucedió, si es que
en algún momento lo hacen, porque hasta la fecha no me han dicho otra cosa más
que todo parece un suicidio. Primero debo recuperar a mi niña, para entonces
buscar la verdad de qué fue lo que sucedió en esa habitación, dónde mi Anita
fue encontrada sin vida”.
El veinte de abril la Fiscalía de Desaparecidos solicitó la
Alerta Amber de la pequeña Lidia Yareth. Ayúdanos a dar con su paradero, copia,
imprime, difunde su imagen, para darle un poco de calma al dolor de esta
familia, para darle un poco de consuelo a está bebé que hoy no entiende por qué
su mami no está más con ella.
abril
2019
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una
mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame,
ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
@FridaGuerrera
fridaguerrera@gmail.com