Óptica Ciudadana
ÍBAME A QUEJAR…
Por José Luis Hernández Jiménez
Toc Toc Toc, ¿alguno de mis lectores (as) ya regresó de sus
merecidas vacaciones o aún siguen en la playa de su preferencia? Es que…
Es que luego de pensar en todos mis males pasados, presentes
y futuros, díjeme a mi mismo: “Mi mismo, debes quejarte con tus fieles y
estimados lectores y lectoras”. Pero…
Pero desde el momento en que se me ocurrió esta misiva, hace
pocos días, hasta el de sentarme a
escribirla, este 2 de enero, del nuevo año, mirando para allá y para otro lado,
observando acullá, y mas lejos, tuve varios hallazgos:
Primero falleció una tía, la última persona de la generación
de mi madre, a los 102 años de edad. Horas después, le tocó destino similar a
un querido primo, éste de 78, agobiado por una enfermedad de esas que lastiman
toda la existencia;
Luego me entero en vivo y en directo, de verdaderos dramas
laborales: En la Tesorería del Gobierno capitalino, la generalidad de sus
empleados, están muy asustados pues en muchas áreas les están exigiendo sus
respectivas renuncias y sin derecho a nada pues, sus nuevos jefes les alegan
que son empleados “de confianza”, cosa muy discutible a mi parecer.
En el piso de arriba, sus homólogos del Sistema de
Administración Tributaria, andan con el Jesús en la boca y el Andrés en el
cerebro pues están siendo despedidos a diestra y siniestra, por la nueva
Directora que, dicen las buenas lenguas, es ahijada nada menos que del mero
mero. Y me compadezco de los 195 mil empleados de confianza del gobierno federal que, según se anunció, serán
despedidos muy pronto.
Y rodavia mas: las 51 mil personas que, laborando en las
obras del NAIM Texcoco, (cierto, la mayoría con empleos indirectos), que se
quedaran sin ingresos una vez que, de un momento a otro, clausuren las obras.
Anótese por ahí para la negra conciencia
de los autores de los despidos que, detrás de cada persona que se queda sin
ingresos, hay una familia.
Claro que algunos se defienden, pataleando, como las posibles
víctimas, de la nueva ley de los servidores públicos, en gran medida
integrantes del Poder Judicial federal y de los llamados organismos autónomos
pues o perderán sus empleos o les disminuirán el monto de sus salarios. Ya van
16 mil de ellos solicitando el amparo y protección de la justicia federal.
Pronto sabremos si se las conceden.
Igual me entero que,
debido a que se canceló el Presupuesto para 2019, destinado a miles de “Comedores Comunitarios”
instalados en casi todas las entidades
federativas (en la CdMx, no), al menos
800 mil personas que ahí se alimentaban diariamente, ya no podrán
hacerlo. O sea que se acabó el “Programa contra el hambre”. Ojalá a los damnificados por esta decisión,
les toque una beca para seguir
comiendo.
Y hablando de Presupuestos, resulta que nuestros HH
Diputados, no solo recortaron, con respecto a este 2018, los dineros públicos destinados a Ciencia y Tecnología,
sino que también recortaron el Presupuesto ¡para el Deporte! Por lo que se mira
estos representantes, nos salieron peor
que los que salieron. No entienden que el fomento a la ciencia, y a deporte,
son dos palancas para el desarrollo del país. ¡Ash, si serán!
Lo triste es lo de los dos niños migrantes fallecidos la
última semana del año pasado, en un albergue en los EU. Con sus padres iban en
pos de una vida mejor y…les fue peor. O lo del niño de 12 años que en la mera
capirucha mexicana, degolló a su hermanito de solo 4 años de edad, al parecer
porque estaba celoso de su hoy carnalito fallecido, porque sus papas lo trataban
mejor que a él. E igual, antes de concluir el 2018, siete niños de Iztapalapa
perecieron en su vivienda, calcinados, uff.