MariChuy, la vida de una joven estudiante, arrojada a la
impunidad
LA COLUMNA ROTA
FRIDAGUERRERA VILLALVAZO
Elideth Yesenia Zamudio, es una mujer que imprime fuerza a
su vida, madre de cuatro hijas, a quienes les enseñó que en la vida debes
luchar siempre por lograr lo que buscan ser: Yesenia no se considera una
víctima, siempre ha sido feminista, y tiene la convicción de que las mujeres no
necesitamos a nadie para ser felices y poder vivir una vida de amor, respeto y
dignidad. Así era MariChuy, la tercera de sus hijas, llena de fuerza,
independencia y dignidad.
Conocí a Yesenia el año pasado, llena de impaciencia porque
diéramos a conocer la verdad de lo sucedido a Mari, su hija, hechos en los que
por lo menos seis personas están involucradas cuando decidieron callarse,
amparados en la impunidad, y la complacencia del Instituto Politécnico
Nacional. Y la total, falta de sensibilidad de las autoridades de la Ciudad de
México, sí, esa donde no pasa nada.
María de Jesús Jaimes Zamudio, nació el 05 de abril de 1996,
era estudiante en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura Unidad
Ticomán, del Instituto Politécnico Nacional, tenía 19 años, vivía cerca de la
escuela, compartía departamento con dos compañeras, una joven estudiante llena
de proyectos, su promedio era de los mejores, Yesenia la describe, desconfiada,
muy dedicada a sus estudios, selectiva con la gente de fuera, pero siempre
cariñosa con su familia, contagiaba su risa, su entusiasmo por vivir, se acaba
de inscribir al gimnasio, porque además era una mujer atlética.
Al filo de las 4 de la mañana, del 16 de enero de 2016,
Elideth, recibió una llamada “Mari sufrió una caída va rumbo al hospital”, De
inmediato, la madre se trasladó al departamento donde vivía su hija, al ver que
no había nadie, inició la incesante búsqueda de su pequeña, en los hospitales
cerca de la zona.
“Era lo lógico”. No Mary, había sido trasladada al Hospital
de Balbuena, al preguntar por alguna persona con las características de su
hija, le dijeron que no estaba ahí, que solo había una mujer de mucho mayor
edad, que estaba en calidad de desconocida. “Entré a verla, era mi amada Mari”,
de inmediato le dijeron que tenía muerte cerebral, que ya no había nada que
hacer, tenía fracturas, una en la pierna que ni siquiera le habían suturado,
“su papá y yo decidimos trasladarla al Hospital Álvaro Obregón, en Balbuena
estaban dejando morir a mi niña”.
La noche del 15 de enero de 2016, Marichuy fue invitada por
GG* compañero de la escuela, y un profesor* a cenar y luego al karaoke, dos
mujeres más formaban parte del grupo, algo no le gusto a Mari, testigos en el
lugar narraron que Mari se quería ir a su casa, sin embargo, el profesor y G,
no se lo permitieron, más tarde la subieron a una camioneta y se dirigieron a
la casa de la estudiante. En el trayecto ella trató de bajar varias veces, pero
tampoco se lo permitieron, pretextaron que era por su seguridad.
Al llegar al domicilio, testigos declararon que Marichuy
gritaba que la dejaran en paz y forcejeaba tratando de defenderse. Subieron al
departamento, y la jovencita siguió gritando, tristemente las dos romies con
las que compartía apartamento jamás salieron de sus respectivos cuartos. Rosa una vecina de las estudiantes, al
escuchar los gritos, subió para ver qué sucedía, “ella vio al profesor y a G en
la Sala, de inmediato llamo a la policía.
Lo que sucedió después fue la “caída” de Mari, desde el
quinto piso, llamaron a la ambulancia. El paramédico, declararía después ante
el ministerio público, que había unas 20 personas observando mientras Marichuy
convulsionaba. Ninguna dio el nombre de la joven nadie de esas crueles almas se
ofreció a acompañarla al hospital. De
los acompañantes no se supo más nada. De todo esto Yesenia se enteró más tarde
cuando inició sus investigaciones.
En el Hospital Álvaro Obregón el 24 de enero, ocho días
después MariChuy, perdió la vida consecuencia de las múltiples fracturas que
tenía, “Desde un principio me dijeron que se había suicidado, Frida, Mari no
habría hecho eso, yo no sabía qué hacer, estaba buscando a la gente con la que
había salido, preguntando con los vecinos, qué había pasado esa noche, me llene
de dolor al ver que ninguna persona sintió un poco de empatía con mi hija,
nadie hizo nada por ella esa noche, solo Rosa”.
¿Yesenia, qué has investigado este tiempo, qué sucedió esa
noche?
“Sé que luego de que la arrojaron mi hija cayó parada, tenía
las uñas llenas de piel de quienes la proyectaron, herida, a mi niña Marichuy
la vieron convulsionar. Estaba semidesnuda, su ropa estaba rota se la habían
querido arrancar; los botones reventados por los forcejeos; ella, descalza,
hasta hoy no sé cómo le quitaron las altas botas de agujetas que llevaba
puestas.
En la habitación desde la cual la aventaron, había mechones
de su cabello tirados. ¿Quién la sujetó por el cabello, al grado de arrancarle
el cabello? Las botas tiradas, y llenas de yeso, como si la hubieran
arrastrado. Los peritajes concluyen que fue arrojada contra su voluntad por la
ventana”.
Semidesnuda, humillada, golpeada y arrojada desde su
ventana. En el departamento se encontraba uno de sus profesores en el Instituto
Politécnico Nacional, y un alumno compañero de ella, además de las dos romies.
Aun así, la unidad de feminicidios de la Ciudad de México, mantiene el caso
como “homicidio doloso”.
Han pasado más de dos años desde que Mari fue arrojada por
la ventana. Elideth ha puesto quejas en
Derechos Humanos, le han cambiado en tres ocasiones al Ministerio Público, todo
se ha quedado estancado, en medio de la insensibilidad de un gobierno que se
va, y la zozobra ante la respuesta de las nuevas autoridades.
“No, no soy víctima
Frida, no pedí estar aquí, estoy llena de dolor que he convertido en rabia, y
no voy a parar hasta que la justicia llegue a mi niña, ellos siguen haciendo su
vida el compañero que se encontraba en la casa de Marichuy se dedicó a rumorear
que ella se había “suicidado”. El profesor sigue dando clases. Nadie le debatió
haber estado en la habitación de una alumna, otro de los supuesto compañeros de
Mari, También se dedicó a esparcir los rumores de que se había suicidado.
A mi Mari, a ella le quitaron todos sus sueños, quisieron
hacerla pasar como inestable cuando mi hija solo quería triunfar, casarse,
tener hijos, y ahí, en ese grupo de gente está la verdad, y yo la quiero”.
Concluye la madre.
*Para evitar entorpecer el proceso, nos reservamos los
nombres de los involucrados.
Noviembre 2018
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una
mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame,
ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
P.D. El apoyo que se otorga desde FridaGuerrera a cada
familia, es sin fines de ningún tipo, el único objetivo es dar a conocer las
historias de algunas mujeres que nos asesinan a diario, solo ayudar con
acompañamiento a que llegue un poco de justicia.
Dudas, pruebas o comentarios
@FridaGuerrera
fridaguerrera@gmail.com