Betsabé, el feminicidio que salvó la vida de otra mujer
LA COLUMNA ROTA/ FRIDAGUERRERA VILLALVAZO
Hace un año aproximadamente leía con interés el artículo de
Jorge Gómez Naredo, dónde magistralmente narraba la historia de Betsabé García
Hernández, en el relato Jorge, detalla la espeluznante historia de Betsabé y
José Alberto su esposo. Ya estaba en los medios ya era visible y aunque duro,
me gusto la manera en la que fue puesta a la luz ante los ojos de una sociedad
llena de violencia como lo es Jalisco.
María Amparo Hernández Ramírez y Mario García Gómez son los
padres de Betsabé, y 5 hijos más. Casados hace 35 años, ella se dedica a
atender su mercería, él es campesino, siembra lechugas, además de criar
caballos y borregos para sacar los gastos diarios de la familia.
“Bechi” como le dicen cariñosamente todos aquellos que la
conocieron, era la segunda hija de este matrimonio, nacida el 30 de agosto de
1986, en San Sebastián El Grande, del Municipio de Tlajomulco de Zuñiga,
Jalisco. Su nombre fue elegido de un pasaje bíblico. “Desde muy pequeña fue muy
amiguera, le gustaba ser atenta con todos, muy trabajadora, reservada, siempre
alegre” sonrientes, me cuentan sus padres.
Fue en la secundaria que conoció a José Alberto, iniciaron
una relación de noviazgo, cuando cursaba el 4 semestre de la preparatoria se
fugó de casa con él tenía 17 años. “Yo creo que desde entonces empezó su
calvario de mi hija, el desde el inició fue celoso, posesivo, la encerraba
porque no quería que nadie la viera” Detalla Amparo.
El primer bebé de Bechi, lo perdió en un aborto espontáneo,
Amparo ahora se cuestiona qué tan espontáneo fue, tal vez la golpeó y por eso
se interrumpió el embarazo, “A Beto poco le importó o le dolió no se paró en la
clínica yo estuve cuidando a “mija” porque él nunca la fue a ver”. En 2005
nació el primer hijo de la pareja Bechi era una excelente madre a todos sus
hijos, incluido su esposo los cuidaba más que a ella, tanto que el no movía un
dedo si necesitaba algo porque Bechi de inmediato se lo acercaba.
Algunas veces la culpa llega a Amparo cuando recuerda que
varias veces su hija les llamaba para pedirles apoyo y que la sacaran de casa,
sin embargo, en aquel momento no entendían cómo y porque la convencía y ella
regresaba con él. En muchas ocasiones
Amparo le preguntaba qué sucedía, la joven madre se quedaba callada, no se
quejaba. “Siempre me decía amá no se meta, recuerdo que en algún momento lo vi
llegar a la casa con un cuchillo en la mano, ahora estoy segura que Bechi,
regresaba porque la tenía amenazada de que nos iba a asesinar a nosotros”.
Beto se quedó huérfano de madre, Mario y Amparo creen que
por eso estaba traumado y era tan celoso y violento con su hija, además de que
sabían por rumores en el pueblo que se drogaba, situación que no podían comprobar,
por lo que no hicieron mucho caso. Bechi
siempre lo cuidaba, era muy dedicada con él y sus hijos, pero nunca estaba
contento, las peleas eran constantes, los insultos, la humillación, durante
esos 12 años, le fue aniquilando la confianza, el alma. Aunque la joven madre
no siempre enteró a sus padres. Bechi era una excelente costurera, hacía
vestidos de novia, disfraces, trabajaba con Amparo por lo que la madre se daba
cuenta de que las cosas no marchaban bien, y constantemente trataba de
intervenir para evitar que siguiera lastimándola, la respuesta era siempre la
misma. “ Amá no se meta”.
Bechi y Beto estuvieron casados por 12 años tuvieron cinco
hijos, el mayor ahora tiene 13 años, en aquel momento tenía 10, Ian el hijo
mayor de la pareja fue testigo junto con sus cuatro hermanitos de como su padre
asesinó a su madre. Aquel 9 de septiembre de 2015.
En agosto de 2015, Cansada Bechi, le habló a sus padres para
hacerles saber que Beto la había golpeado, Amparo acudió a auxiliarla, “Ese día
la sacamos de la casa, con los cinco niños, Beto todavía me dijo que el
matrimonio es de dos dándome a entender que no me metiera, a mí no me importo
ya era demasiado, él no se quiso salir en ese momento de la casa, nos fuimos y
sus hermanos cuidaron de ella esa noche, al siguiente día el sujeto me dijo que
prefería irse el de la casa para que sus hijos no durmieran en el piso, por lo
que Bechi regresó a la casa solamente con los niños, fue muy astuto, sabía que
si mija se quedaba con sus hermanos el ya no iba a poder lastimarla, por eso
accedió a supuestamente salirse”. Hoy Amparo se arrepiente de haber apoyado esa
decisión.
Sentados frente a mí ambos padres, con los ojos llenos de
lágrimas inician el relato de lo que sucedió aquel 09 de septiembre de 2015.
Alberto acudía todas las noches con el pretexto de ver a los niños, para
insultarla, de “puta” no la bajaba eso era todos los días, la casa de Bechi
estaba a unos ocho metros del domicilio de sus padres, por lo que Amparo a
diario como a las once de la noche
pasaba a verla para cerciorarse que estuviera bien, ese día no fue la excepción
“Llegue y vi que estaba la bicicleta de él de inmediato le hable a mi esposo, y
fuimos, el salió y se fue de la casa, dejamos a Bechi bien, y nos regresamos a
casa, más o menos como a la una de la mañana Ian el pequeño de entonces 10
años, golpeó fuerte la puerta de la casa de los abuelos, la chapa se trabó y no
podían salir Amparo y Mario, finalmente lograron romper la chapa, al llegar Ian
ya se encontraba balbuceando y llorando desgarradoramente. “¡¡Mi mamá, mi
mamá!!”.
Mario entró a la casa, ahí estaba su pequeña, su hija
aquella que siempre sonreía y a la que de apoco Alberto le fue asesinando, en
medio de un charco de sangre, la acuchillo, “todavía la encontré respirando, la
abracé, pero no resistió”, el infame ya había escapado, las autoridades
llegaron como dos horas después de que sucedieron las cosas, ya no había nada
que hacer, Alberto ya había escapado.
Testigos de los hechos los cinco hijos de la pareja se
quedaron con sus abuelos quienes nuevamente regresaron a ser padres ahora de
sus nietos, Mario sigue sembrando, y Amparo atendiendo la mercería, los niños
no son libres. “Ese día él les sentenció que si decían algo iba a regresar a
asesinarlos, los niños nunca andan solos, Ian se asusta si alguien le llama por
su nombre en la calle, aterrado piensa que es su papá, que en cualquier momento
va a regresar a asesinarlos”.
¿Cómo están los niños?
“Ya mejor, pero con miedo, al principio el grande decía que
había sido su culpa porque cuando salió a pedir ayuda su padre aprovechó para
atacar a su mamá, afortunadamente ha ido entendiendo que el no pudo haber hecho
nada, pero el miedo lo mantiene siempre alerta”.
A tres años un mes de los hechos, las autoridades de Jalisco
nada les han dicho a los padres, Alberto sigue prófugo, ya ni siquiera lo
buscan, “cuando pasó todo esto mucha gente se enteró una de ellas al ver lo que
había pasado con Bechi, se percató de que su hija también estaba siendo
violentada, afortunadamente la rescató con vida”.
La agradecida madre le hizo saber a Amparo que su hija era
una heroína porque había salvado la vida de su hija, “Me da mucho gusto que así
haya pasado, pero yo no quiero una heroína, quiero a mija viva, pero ya no es
posible, ya no está”.
La solicitud de ayuda de los padres de Bechi, sigue vigente.
“A muchos ya se les olvidó, a nosotros nunca, acudimos a marchas, a todos lados
a donde nos llamen para que no se olvide que Beto sigue libre, y mi Bechi sin
justicia”. “Por lo que hoy desde FridaGuerrera, nos unimos a la necesidad y
derecho de esta familia para acceder a la justicia, las autoridades de Jalisco
ya se van, vienen nuevas exigimos que se hagan cargo realmente de cada caso, de
cada injusticia, en un estado sumergido en la violencia, la corrupción, la
impunidad, la indiferencia.
Octubre 2018
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una
mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame,
ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
@FridaGuerrera
fridaguerrera@gmail.com