La Columna Rota: Martha; Un feminicidio apilado en el olvido
por más de dos años
Es cruel ver que el feminicidio en general crece, llevamos
1330 Feminicidios del 01 de enero al 20 de septiembre de 2018. De ellos 62 son
feminicidios infantiles.
La Columna Rota. Frida Guerrera Villalvazo
El 21 de febrero de 2016, quedo grabado para Verónica
Tellez, su hija Martha Castillo Tellez, había desaparecido después de que salió
a ver a su novio, en Chicoloapan, Estado de México, a solo unas cuadras de
donde vivían de inmediato se movilizó para buscarla, primero con sus amigas, en
el restaurante donde había entrado a trabajar desde octubre de 2015, Verónica
tuvo problemas de salud, lo que las hizo hacer una pausa en los estudios de
Martha, quien le hizo saber a su mamá que quería apoyarla. Martha tenía 17
años, ese 21 de febrero le dijo a su mamá que saldría a ver a su novio, para
prender una veladora porque él había encontrado un nuevo trabajo, “Una semana
antes tuvimos un incidente con una veladora, casi se nos quema la casa, por eso
yo no la deje que la encendiera aquí, hoy me arrepiento” Me relata Verónica.
El 22 de febrero, la joven madre acudió a poner la denuncia
por desaparición al Ministerio Público de Chicoloapan, donde la mandaron a
desaparecidos en la Fiscalía de Chimalhuacán, y de ahí la enviaron a la
Fiscalía de Nezahualcóyotl, para regresarla nuevamente a la fiscalía de
Chimalhuacán. Y así brindarle la cédula de desaparición. “Empecé a pegar la imagen por todos lados,
alguien seguramente la iba a ver y me iban a decir dónde estaba. Ese mismo día acudí a ver a su novio, pero
nada, Martha no había llegado a casa de él”. Según lo que le hicieron saber a
Verónica.
La semana pasó, la zozobra, el miedo, la incertidumbre,
abrazadas de la esperanza, acompañaban a la joven madre, “Alguien me dijo, que
parecía que la habían visto, fuera de una tienda de conveniencia, “drogada”,
aunque me resistí porque sabía que mi niña no haría eso, acudí al lugar, espere
durante horas, y finalmente la vi, no era ella”.
El 27 de febrero de 2016, en medio de la agonía de no saber
qué había pasado con su hija, Verónica recibe una llamada. Eran los policías de
investigación, quienes le cuestionaron si ya la habían encontrado y le hicieron
saber que, en Ixtapaluca, una llamada anónima recibida el 25 de febrero les
reportó que había una mujer asesinada en unos sembradíos. “Venga a ver a esta
chamaca”. Fue la instrucción de los Agentes.
Martha era la cuarta hija de Verónica, nacida el 9 de
febrero de 1999. El esposo y padre de los hijos de Verónica era muy violento,
en una ocasión recuerda la joven madre le pegó a uno de los niños, “Ese día lo
corrí, y él se desatendió de nosotros, desde entonces no volví a saber nada de
él, fue cuando decidida empecé a trabajar para sacar a mis hijos adelante. Los
años pasaron, Verónica continuó con sus cuatro hijos, en febrero de 2015, se va
vivir a Chicoloapan, la vida le había presentado la oportunidad de adquirir una
casa. “Maldigo ese momento, de saber lo que iba a pasar me hubiera quedado
donde vivía”. Se reprocha.
Luego de aquella llamada Verónica desesperada se trasladó al
Servicio Médico Forense (SEMEFO) de Valle de Chalco, Solidaridad. Llevaba el
corazón en la mano. “Primero me mostraron unas fotografías, una de ellas de sus
piecitos, fue cuando les dije, es ella. Ya no vi a mi niña, la pude ver cuando
la funeraria ya la había arreglado. Estaba toda morada, muy golpeada, su
cabello largo y hermoso, se lo enredaron, para golpearla, me dijeron que tenía
una agujeta en su cuello, vi la cicatriz de la necropsia, su cabello lo
cortaron los de la funeraria nunca supe por qué no la cepillaron. Mi niña fue
dejada en un sembradío, en el paraje del cerro del águila, en Coatepec,
municipio de Ixtapaluca, Estado de México, mi pequeña era muy friolenta le puse
un suéter para que ya no tuviera frío”. El 29 de febrero de 2016, Martha fue
sepultada.
Verónica recuerda a Martitha, todos los días, “Era muy
linda, y amorosa tenía su gatito lo abrazaba en su suéter, lo de sus propinas
lo destinaba para ayudar a un viejito que le pedía, o a los niños que había en
la calle, siempre andaba dando a los demás lo que ni ella tenía”.
Martha como muchas otras mujeres, ni siquiera fue
visualizada por medios locales, su feminicidio como el de decenas de mujeres y
niñas se quedó oculto archivado en las infinitas carpetas apiladas en la
Fiscalía de Feminicidios de Tlalnepantla.
Durante unos meses estuvieron indagando algunos agentes de
investigación, una de las líneas de investigación era la última persona que se
supone la vio viva, sin embargo, fue descartado.
Por lo que hasta la fecha no hay detenidos y/o sospechosos
ni algún dato que le pueda decir a Verónica quién le arrebató la vida a su
hija.
El 12 de agosto de 2018, luego de que Verónica me contactará
vía redes sociales, acudí a su casa en Chicoloapan. Una fotografía de cada uno
de sus cuatro hijos adorna la escalera diminuta de la casa, la primera que se
observa es la de una niña de no más de dos años, de enormes ojos claros, es
Martha, me indica Verónica. Platicamos largo tiempo, desesperada me hizo saber
que en ocasiones pierde la esperanza de encontrar a los culpables, la fiscalía
estuvo pendiente unos meses, desde hace mucho no la han buscado.
“Desde ese día casi
no salgo, me da mucho miedo, tengo una hija más chica que Martha y me aterra
cada vez que sale, a veces siento que me vuelvo loca, no quiero volver a pasar
por ese dolor eterno que se quedó aquí enraizado en mi vida”.
Desde el 29 de febrero de 2016, que sepultó a Martha,
Verónica me hace saber que se encuentra muerta en vida, su casa deja esa misma
sensación, la estatua de un perro sentado en la puerta, perdura lo que no
existe, lo que no tiene vida. La soledad acompaña a esta mujer, la depresión se
quedó eternizada, no acude a terapia psicológica porque no tiene dinero para
pagar un psicólogo, hasta ese día se entera que deben dársela en la Comisión de
Atención a Víctimas del Estado de México (CEAVMEX) por ser una víctima
indirecta de la violencia. Y a más de dos años, Verónica espera que en algún
momento llegue la justicia.
septiembre 2018.
Eres madre, padre, hermana, hermano, hijo, hija, de una
mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame,
ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia