La Columna Rota
Frida Guerrera
Valentina solo tenía cuatro años
La lengua es como un cuchillo afilado. Mata sin mostrar
sangre (Buda)
Teotihuacán en Línea. Frida Guerrera. El día 29 de agosto se cumplieron dos meses de que Vale,
fuera violada y asesinada. El dolor y el tormento, aunado a la gran culpa no
dejan que Brenda su mamá, logré entender qué fue lo que sucedió ese 26 de junio
de 2018.
Valentina García Chávez, fue una niña desde que fue
concebida, amada, muy esperada por sus padres, Bren, su mami constantemente se
realizaba ultrasonidos para asegurarse de que la bebé estuviera bien, ansiaba
verla, abrazarla, besarla.
El 29 de enero de 2014, a las quince horas con diecinueve minutos
nació, era una pequeña con enormes ojos negros, piel del color de la canela, se
convirtió en lo mejor de la vida de su mami. Brenda, quien me cuenta que iba a
ponerle otro nombre, Alexa Michell por su papá. Sin embargo, pareciera que
Valentina eligió su nombre, cuando se dieron cuenta, Brenda ya le había puesto
así, “Y sí mi niña era una valiente”. Recuerda Brenda.
La vida de Brenda y Valentina, siempre giro en el centro de
Morelia, en Michoacán, por situaciones que la vida les fue presentando los
padres de Vale, se separaron, sin embargo, “El mejor papá que pudo tener
alguien era él, nunca lastimo a mi niña, la amaba, la amábamos, pero preferimos
separarnos, la relación como padres no la perdimos”. Recuerda la joven madre.
Brenda tenía que trabajar, la pequeña Valentina estaba en la
guardería, la vida no era la mejor, pero Brenda, trataba de salir adelante con
su pequeña de cabello rizado, grandes ojos, una niña que desde muy pequeña
tenía la sonrisa en los labios, una pequeña que se sabía feliz, que cantaba,
reía, sabía que era amada. “Siempre
quise darle lo mejor, le comparaba cosas muy bonitas, y los mejores momentos de
mi vida los pasaba con ella”.
En julio de 2017, Diego, llegó a su vida, ella trabaja en
una tienda de conveniencia y él era chofer de una empresa que surtía los
productos de la tienda, fue como se conocieron e iniciaron una relación, los meses
pasaron y como todo al principio “él era muy amable, lindo conmigo y la niña,
no vi nunca que fuera un mal hombre”, fue en marzo de 2018 que empezaron a
vivir juntos, entonces todo cambió.
Es importante mencionar antes de que empieces a juzgar y
responsabilizar a Brenda lo siguiente, Diego es un hombre violento, un
manipulador nato, es seductor, los hombres así suelen ser tipos encantadores
para el resto, si ella llega a quejarse, quienes la escuchan empiezan a
desconfiar de ella, con frases tales como “porque te quejas, si es tan lindo”.
Diego empezó la tarea primero había que aislar a Brenda y así lo hizo. El celular de Brenda lo rompió en un arranque
de celos, desde el primer momento él le pidió que se quedará en casa, que él se
encargaría de los gastos de la casa, así pasó, después la alejó de su familia,
llevándola a vivir a los suburbios de Morelia, Brenda dejo de tener contacto
con todos por miedo a que Diego se enojará, porque cuando esto pasaba el sujeto
la golpeaba, “Ahí si le tenía mucho miedo, prefería hacer lo que pidiera con
tal de que no lastimará a mi niña”. Expresa Brenda.
El sujeto se caracterizaba por ser inestable en sus empleos,
de marzo a junio de 2018 que Brenda estuvo con él, Diego cambio de empleo por
lo menos en cuatro ocasiones, los dos últimos meses estuvieron viviendo con lo
que le habían dejado sus liquidaciones de empleos anteriores por lo que
obviamente no alcanzaba para nada, el 25 de junio Brenda regresó a trabajar,
ante la falta de dinero se vio obligada a sacar a Vale de la guardería. “Yo tenía que trabajar Frida, no podía dejar
a mi hija sin comer, aunque a Diego no le gustaba nada, porque yo ya tenía
planeado dejarlo y él lo sabía, los últimos días me decía que yo ya no era la misma,
porque sí, ya no quería estar a su lado, la violencia era demasiada, y él se
encargó de alejarme de todos, tenía que ver bien como dejarlo”.
El 26 de junio de 2018, Brenda tenía que ir a trabajar, era
su segundo día, al medio día la fueron a Dejar, Vale se quedaría al cuidado de
Diego, Brenda estaba pensando cómo decirle a su nuevo jefe que le permitiera
llevar a su trabajo a la nena, sin embargo, al ser el segundo día no era
todavía posible. Brenda recuerda ese día
como el peor de su vida, estaba trabajando cuando le llamaron, era la hermana
de Diego.
“Brenda tienes que venir, Vale se cayó y Diego la va a
llevar a la clínica que dijiste en caso de que le picara un alacrán”.
“Algo muy feo sentí, algo no estaba bien, yo no tenía dinero
mi jefe me dio para irme, tomé un taxi, y al llegar me dijeron que mi niña se
había caído. Diego estaba ahí y me dijo todo va a estar bien mi amor”.
Ante el estado de gravidez que tenía la pequeña de solo 4
años, fue trasladada al Hospital Infantil de Morelia, ahí fue donde vio a
Valentina, tenía oxígeno, la pequeña la reconoció y empezó a balbucear, no
podía hablar, solo gemía y suspiraba, como si se le escapará la vida, desde el
primer momento Brenda ya no se separó de la niña, e iniciaron los
interrogatorios, primero en el hospital, le cuestionaron, ¿qué había pasado?,
¿cómo?, ¿quién estaba con la niña?, ¿ por qué ella no estaba?,¿ por qué la
había dejado con Diego?.
Valentina fue ingresada a Terapia Intensiva. “Ahí fue donde
supe, al entrar la vi, me empezaron a decir todo lo que tenía, tres fracturas
en el cráneo, el hígado desecho, fractura en la cadera, hemorragia interna,
golpes en todo el cuerpo, mordidas. Me empezaron a preguntar ¿qué había pasado?
una vez más les dije que no sabía que yo estaba trabajando, desde ese momento
no quise ver a Diego, pero tuve que fingir para que no sospechará, pedí la
intervención de un abogado del hospital, quien le preguntó a la trabajadora
social si ya habían notificado a las autoridades, la trabajadora aseguró que
sí”.
La familia de Brenda inició el cuestionamiento, el padre
biológico de la niña, su abuelita, tíos, Brenda se sintió apoyada. Cuando le
empezaron a preguntar a Diego qué había pasado y al no tener respuesta del
sujeto, lo golpearon, Brenda salió y al verlo en el suelo tirado y lleno de
lodo, él le lanzó una mirada de odio, “fue la última vez que lo vi”. El agresor
fue detenido por riña, Brenda fue trasladada al Ministerio Publico, para poner
su denuncia. Ya era 28 de junio, al estar en el lugar le hicieron saber que el
hospital nunca notificó, los hechos, eran las seis de la tarde cuando llegó,
salió al siguiente día a las seis de la mañana, una vez más los
interrogatorios, “para ellos yo era la culpable”, a la una de la mañana
aproximadamente, Brenda escucho que todo indicaba que Vale, ya había muerto,
fue trasladada al departamento de feminicidios, pero en ese momento no había
quien la atendiera. Por lo que la trasladaron al hospital para que se
despidiera de su pequeña.
Brenda solo estuvo por ratos en el funeral de su niña, su
única hija, ya que tenía que estar con las autoridades. En un momento la llevaron a delitos sexuales,
“fue cuando supe que la había violado, la investigadora me dijo, dime la verdad
si tu sabías que el la violaba, o me dices o a la que me voy a chingar es a ti
porque es a la que tenemos aquí, la MP que estaba tomando la declaración no me
dejaba ver lo que escribían en un momento me di cuenta que Diego, ya había sido
liberado”.
Desde entonces, Diego se encuentra prófugo. Brenda llena de
culpas.
Las lágrimas de Brenda no cesan, la culpa esa lapida que
además del dolor debe cargar, al ser cuestionada por las autoridades, juzgada
por una sociedad indolente, atacada por la familia de Diego, que lejos de
permitir que haya justicia, lo están ayudando a seguir libre, sin darse cuenta
que, hasta sus sobrinas, o cualquier pequeña que esté cerca corren peligro.
El frío acompaña la noche lluviosa que al redactar tanto
dolor me acompaña, las teclas de repente rápidas son regresadas para re leer,
para tratar de entender. Dónde tienen el corazón estos desalmados, Diego es el
presunto feminicida de Valentina para las autoridades, para sus padres es
inocentes, tanto que lo protegen. Para Brenda es el violador y asesino de su
hija, eso la llevó en un momento a compartir la imagen del sujeto para tratar de
ubicarlo, ya dejaron de hacerlo porque finalmente entendió que ese sujeto
también tiene derechos y no deben ser violados. (sic). Nunca se había permitido
hablar con ningún medio, desde el inicio de todo esperamos y abrazamos su
dolor, el pasado 25 de agosto decidió hablar con quien escribe. “Porque quiero
justicia, porque necesito que la gente me ayude a hacerle justicia a mi bebé”
Vale, era una niña feliz, con hermoso cabello chino, ojos
sublimes, tenía una sonrisa contagiosa, era muy inteligente, sabía escribir a
sus cuatro años, le gustaba que mamá le oliera los pies y se los besará, decía
que era Moana, su palabra favorita era familia, su color el rojo, unos días
antes empezó a hablar de Dios, a pesar de que Brenda no le habla mucho de ello,
hoy solo es ese el consuelo.
Las noches de Brenda son interminables, casi no duerme, y a
pesar de ser cruelmente juzgada por quién no quiere entender que el único
culpable es Diego, me hace saber. “Sé lo que piensan, yo misma lo pienso, debía
estar ahí, no irme a trabajar, pero también tenía que juntar dinero para irme,
para dejarlo, hoy mi amiga, mi compañera, mi vida entera ya no está, y no
pararé hasta verlo en la cárcel y que pague todo el daño que le hizo a mi
pequeña”.
La vida de una niña de 4 años, fue arrancada por la ira, el
deseo de un sujeto que lejos de estar enfermo, simplemente la tomó porque así
lo decidió, porque fue la venganza contra quien ya lo iba a dejar, porque en
este país se puede, porque la impunidad impera, porque en esté México, para la
sociedad perfecta la única culpable es la víctima, quitando responsabilidad a
quién con total impunidad comete estos inhumanos crímenes.
septiembre 2018
Quieres contar una historia de feminicidio, desaparición, o
intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas.
@FridaGuerrera
fridaguerrera@gmail.com