Bebidas de México
Teotihuacán en Línea. La cocina mexicana tiene un lugar
privilegiado en el mundo, pero así también sus bebidas.
Vasos de pequeños trozos de la República mexicana que con
sus colores y sabores, muestran que la nuestra, es una de las más variadas
vertientes en bebidas de clase mundial.
1.Acachul.
Oriundo del estado de Puebla, a esta bebida también se le
conoce como vino de Acachul. Este licor se macera en agua ardiente de caña, y
se mezcla con otras frutas como zarzamora, limón, naranja, guayaba y manzana.
Si bien la venta del producto es local y regional, la bebida se prepara
principalmente en las fiestas de la Huasteca.
2. Tecuí.
Nace en Calimaya, municipio del Valle de Toluca; aunque su
presencia se ha expandido hacia Metepec, San Antonio la Isla, Tenango del Valle
y Toluca. Su nombre proviene del náhuatl, y significa “el que mueve o alegra al
corazón”. Se prepara tradicionalmente en una olla de barro, a la leña, con
alcohol de caña y jugo de naranja –aunque también puede ser jugo de lima o
mandarina–, pasas, tejocote, canela, nueces, manzana, guayaba, piña, caña,
cacahuate, almendra y azúcar al gusto. La particularidad de esta bebida es que
esta bebida necesita mezclarse con un fierro como cuchara, y después se flamea
para adquirir un sabor peculiar. El tecuí se prepara principalmente desde
finales de octubre –empatando con Día de muertos– hasta finales de febrero para
disfrutarla durante posadas.
3. Bacanora.
Esta bebida, típica del estado de Sonora, se obtiene a
través de la destilación de un tipo de agave conocido como yaqui o yaquiana. A
diferencia del tequila, el bacanora es más dulce y contiene mayor cantidad de
alcohol. Hace más de 300 años se creó esta bebida; e inclusive se dice que en
la primera década del siglo XX se produjeron más de un millón de litros en
establecimientos localizados en la sierra de Sonora. Sin embargo Elías Calles,
gobernador de ese entonces, prohibió su comercialización, por lo que las
plantas destiladoras desaparecieron. Con el paso del tiempo, algunos pequeños
productores volvieron al negocio y comenzar a distribuirlo de nuevo por todo el
estado. Es ideal elegir el que sea de tono transparente o literalmente amarillo
y el que no contenga burbujas grandes que desaparecen rápidamente cuando se
agite la botella.
4. Sotol.
Oriundo del desierto chihuahuense, el sotol parece ser el
único sobreviviente una época donde los “pequeños lujos se producían
regionalmente” y nacían en una zona desértica. Cuenta la leyenda que los
primeros habitantes del desierto, indígenas del norte, descubrieron que las
carnes de las piñas de soto Dasylirion wheeleri, una vez cocidas en hornos
subterráneos, se convertían en algo dulce y nutritivo; por lo que las usaban
casi exclusivamente como alimento en la época prehispánica. Ahora, considerado
como el hermano del tequila, se produce casi de la misma manera –e inclusive se
ha considerado que su producción es similar al mezcal.
5. Charanda o aguardiente.
Es una bebida típica del estado de Michoacán, la cual se
obtiene de la destilación y rectificación de mostos fermentados. Si bien el
proceso de elaboración es similar al del ron, el sabor de esta bebida es
especialmente dulce derivado de la mezcla entre el jugo de caña y el
piloncillo.
6. Agua de cebada.
Compuesta como una variación de la bebida valenciana, el
agua de cebada en el estado de Nayarit se prepara mezclando el polvo de cebada
con agua, azúcar, un poco de canela entera y hielo al gusto. Ahí debe
fermentarse por algunos días para que quede listo en las festividades durante
el verano.
7. Mosquitos.
Originarios de Toluca, los mosquitos son un licor de naranja
con sabor de caña y naranja reposado en barricas de roble blanco. Nacieron en la década de los veintes, cuando
don Adolfo Almazán abrió una pequeña cantina llamada La Miniatura, la cual era
habitualmente frecuentada por parroquianos. Actualmente el lugar cuenta con
diversos tamaños y grados de contenido alcohólico: “A” para jóvenes”, “AL” para
mujeres, “ALM” para hombres y “ALMA” para suegras.
8. Pulque.
Se trata de una bebida fermentada cuyo origen proviene de
épocas precolombinas, conociéndose como ñogi en otomí, urapi en purépecha y
meoctli en náhuatl. Su elaboración se realiza a partir de la fermentación del
mucílago aguamiel, del agave o maguey pulquero agua salmiana o agave atrovirens.
Actualmente esta bebida es conocida mundialmente.
9. Tepache.
Si bien tiene un nivel muy bajo de alcohol, esta bebida
recuerda al sabor de una cerveza dulzona. En ciertas comunidades indígenas en
Oaxaca, Querétaro, Guerrero, Puebla, Chihuahua, Sinaloa, Sonora, Veracruz,
Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas y Morelos, el tepache tiene
la costumbre de hacerse con maíz como una tradición religiosa de la cultura
maya. Actualmente se obtiene a través de la fermentación del jugo y la pulpa de
frutos como la piña, guayaba, manzana, tuna o naranja sin embargo, al cabo de
ciertas semanas, la fermentación termina convirtiéndose en vinagre y,
eventualmente, con gran cantidad de bacterias. Al norte del país se le conoce
como “tesgüino”, en donde los raramuris (tarahumara) le concedían un uso
religioso y festivo para acompañar diferentes celebraciones de la vida;
mientras que al sur, especialmente en Tabasco, su nombre es el de “pozol” del
náhuatl, pozolli, que quiere decir “espumoso”, en donde se consume tanto el
líquido como la masa de maíz fermentado para fines medicinales.
10. Michelada.
Esta bebida se prepara mezclando cerveza, jugo de limón y
sal aunque en algunos lugares le agregan un menjurje de salsas. Se cree que la
michelada nació en San Luis Potosí en el Club Deportivo Potosino en donde el
socio, Michel Ésper, acostumbraba pedir una cerveza con limón, hielo, sal y un
popote en una copa “chabela” para disfrutar de la mezcla como si fuera una
limonada de cerveza. El nombre de la bebida derivó entonces del nombre del
socio. Otra versión se dice que el nombre proviene de “mi chela helada”, en
donde “chela” se derivó del inglés chilled que significa “frío o helado”