El pulque, la bebida de los dioses mexicas: Su historia y
sus rituales
Teotihuacán en Línea. El pulque se produce por la fermentación del aguamiel. Una
fermentación ligera de 2 ó 4 grados G.L. produce el tlachique o bebida suave y
dulce; pero si se alcanzan los cinco ó siete grados, obtenemos el pulque
fuerte. En la etapa precolombina, el pulque se elaboraba en las regiones
centrales de Mesoamérica, las más adecuadas para el crecimiento del Agave
Atrovirens, una de las seis variedades, y la mejor, capaces de producir
aguamiel de calidad suficiente para hacer el octli, pues los restantes ciento
noventa y cuatro no cuentan con las características requeridas para tal efecto.
No se sabe con exactitud cuándo empezó a cultivarse el Agave Atrovirens, pero
ya en la etapa del apogeo tolteca se le cultivaba y de él los indígenas
obtenían productos tales como el pulque, levaduras, mieles, vinagres, papel,
fibras de mixiote, combustible, y pencas para la alimentación.
Las deidades del pulque
Los antiguos mexicanos, sumergidos en su perpetua mitología,
contaban con una deidad del maguey a la que llamaban Mayahuel, quien había sido
raptada por Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, en las llanuras que rodeaban
la ciudad de Tollan, hoy Tula, para hacer que de sus huesos brotaran los
iniciales magueyes, después de que la mujer había sido destruida por los
demonios de la oscuridad llamados tzitzimime. A Mayahuel se la consideraba
diosa de la Fecundidad y Madre de los Centzon Totochtin, los Cuatrocientos
Conejos, diosecillos del Pulque y de la Embriaguez.
La diosa poseía
cuatrocientos senos, símbolos de la fertilidad, y a ella correspondía la gloria
de haber descubierto la manera de raspar y succionar el maguey para obtener el
sagrado líquido; así como a Pantécatl, su esposo, se le reconocía el haber descubierto
cierta raíz con la que se fermentaba el aguamiel.
Los hijos de Mayahuel eran dioses-conejo cuya efigie se
encontraba grabada en la Luna. Llevaban en la nariz una media luna de hueso y
el rostro pintado de rojo y negro como símbolo de las partes clara y oscura del
satélite. Portaban un escudo y su emblema era una jarra de pulque; además,
llevaban un capacete de plumas de garza, orejeras de papel, una insignia de
plumas rojas de guacamaya y un collar de cuentas, de sus caderas colgaban
figuras de alacranes y ostentaban en las piernas cascabeles sujetos a una tira
de piel de venado. Sus dos manos apresaban un bastón con una obsidiana en la
punta. Los Centzon Totochtin representaban la muerte y el renacimiento de la
naturaleza, por lo que su fiesta ceremonial tenía lugar una vez realizada la
cosecha. De la multitud de dioses pulqueros, destacaban Tezcatzóncatl, “el de
la casa de los espejos en el tejado”, Yiauhtécatl, Acolhoa, Tlilhoa, Pantécatl,
Izquitécatl, Toltécatl, Papaztac, Tlaltecaioa, Ometochtli, Tepoztécatl,
Chimalpanécatl y Colhoatzíncatl.
Consumo ceremonial del pulque
En la sociedad mexica o azteca el pulque poseía un carácter
meramente ritual, por lo no podía consumirse sino en determinadas fiestas y en
algunas de manera restringida; por ejemplo, en el caso de los ancianos y
ancianas que habían alcanzado cierta edad, quienes también podían hacerlo
cotidianamente, ya que se pensaba que complementaba su alimentación. Aquellos
que transgredían las normas establecidas eran sentenciados a muerte por los
petlacalcos o jueces de la audiencia. Si los jóvenes macehuales que asistían
como alumnos al Tepochcalli se atrevían a emborracharse y a escandalizar, se
les daban de palos hasta matarlos o se les aplicaba garrote delante de otros
mancebos, a fin de que su muerte sirviese de ejemplo. Pero si el joven borracho
era de sangre noble, el castigo del garrote se le aplicaba secretamente en
consideración a su rango. Los castigos no solamente alcanzaban a los que
llegaban a beber pulque movidos por la curiosidad, sino también a aquellos que
se atrevían a hablar mal de él, o tan solo a murmurar malos pensamientos, pues
inmediatamente eran acreedores a las más terribles y espantosas desgracias, y
si sucedía que algún borracho insultase al octli, los dioses-conejo lo
castigaban severamente.
En el signo ce-amatl, en la segunda casa denominada
Ome-Tochtli del calendario azteca, se llevaba a cabo la fiesta al segundo dios
del pulque, el famoso Izquitécatl. Este día colocaban su imagen en el templo,
le ponían ofrendas de comida, danzaban para él y le tocaban música de flauta.
En el centro del patio se encontraba una gran tinaja, la ometochtecómatl, llena
de pulque de la cual podían beber los ancianos, las ancianas y los guerreros
hasta hartarse, utilizando un popote para succionar el líquido. La razón de tan
amplio permiso, se debía a que se consideraba que estas personas eras
susceptibles a morir en cualquier momento; los viejos por su edad y los
soldados por lo arriesgado de su profesión. La primera aguamiel que se obtenía
para elaborar el pulque de esta celebración a Izquitécatl, se le ofrecía como
las primicias sagradas.
Para las celebraciones dedicadas a los múltiples dioses del
pulque había sacerdotes encargados específicamente de vigilar que todo se
realizase adecuada y debidamente. Todos ellos dependían y estaban bajo las
órdenes del Mexica Teohuatzin, gran patriarca de los sacerdotes, sumo pontífice
de la religión. Entre los ministros del pulque estaba el Ome Tochtli, encargado
de la fiesta dedicada al dios homónimo, realizada en el mes Tepeihuitl, maestro
de todos los cantores de los templos y quien mandaba sobre el Pachtécatl,
personaje a cuyo cargo estaba el cuidado de los vasos en que bebían los
cantores y de mantenerlos siempre llenos de macuioctli. Él debía colocar los
doscientos tres popotes, de los que sólo uno estaba agujerado. El cantor que
acertaba a escogerlo, podía beber todo el pulque que quisiera. El Ometochtli
Tomiyauh, otro sacerdote del pulque, se encargaba de preparar lo requerido para
la celebración al dios Tomiyauh que tenía lugar en el mismo mes Tepeihuitl. El
Acaloa Ometchtli preparaba la fiesta de Acaloa, otro diosecito del vino. A su
vez, el Quatlapanqui Ometochtli tenía a su cargo las fiestas dedicadas a este
dios de igual nombre; así como el Tlilhoa Ometochtli vigilaba la festividad de
Tlilhoa del mes Tepeilhuitl, de la misma manera que el Ometochtli Nappatecuhtli
y el Ometochtli Pantécatl servían el octli en la fiesta del mes
Panquetzaliztli. Por su parte, el Ometochtli Papaztac preparaba el teoctli para
las festividades de Tezoztli y Atlcaualco donde estaba permitido que bebiesen
pulque los hombres, las mujeres, los niños y las niñas.
Variedades de pulque
Aparte de la utilización ritual que se hacía del pulque
durante las celebraciones a los dioses del pulque y a Mayahuel, también solíase
emplear en las fiestas dedicadas a otros dioses del panteón mexica. Para todas
estas ceremonias los aztecas contaban con varias clases de pulque. Tenían el
iztac octli, pulque blanco, que nosotros conocemos ahora como aguamiel; el
ayoctli, hecho con aguamiel reposada por varios días; estos dos tipos se bebían
en la Fiesta de los Bateos.
El pulque azul, matlaoctli, lo bebían los ancianos, los
casados y los señores principales en sus casas, después del sacrificio de los
esclavos en la fiesta Panquetzaliztli del quinto mes.
El pulque llamado texcalceuilo, lo bebían los ancianos
frente a la estatua de Milintoc, en su templo de Tlatelolco, durante la fiesta
del mes Izcalli. El denominado uiztli era el pulque nuevo, y el teometl se
ofrecía a los guerreros valientes y a los hombres sabios; y el teoctli, vino de
los dioses, lo consumía el sacerdote Ome Tochtli durante sus oficios religiosos