La Pasión del Cristo de Iztapalapa, más de 170 años de
tradición
Teotihuacán en Línea. Iztapalapa. Una de las tradiciones más
famosas y arraigadas de la Ciudad de México y el país; es la representación de
la Pasión del Cristo, que cada año se realiza en la delegación Iztapalapa.
Con más de 170 años de historia, esta escenificación está
llena de anécdotas y curiosidades que valen la pena rememorar, a fin de
difundir y preservar esta festividad típica de Semana Santa, catalogada desde
el 2012 como Patrimonio Cultural e Intangible de la Ciudad de México.
La historia
Esta representación tuvo su origen en 1833, cuando una
epidemia de cólera afectó a la población de Iztapalapa. En medio de la
desesperación varios habitantes realizaron una peregrinación para pedirle ayuda
al Señor de la Cuevita. Esta amenaza no sólo cesó, sino que incluso de un
ahuehuete del poblado de San Lorenzo brotó un manantial cuya agua milagrosa era
capaz de curar a los enfermos.
Como muestra de agradecimiento, desde 1843 los pueblos de
Iztapalapa comenzaron a representar el viacrucis de Cristo en el Cerro de la
Estrella.
Curiosidades
Muchos piensan que esta representación es solamente la
reproducción de un pasaje histórico, sin embargo, detrás hay muchos elementos
que la hacen muy singular y la diferencian de las que se realizan en otras
partes del mundo. La representación del viacrucis en
Iztapalapa nunca es la misma de años anteriores. Esto obedece, en primer lugar,
a que las personas que forman parte en ella suelen interpretar a personajes
distintos, además de irse renovando con los años; lo mismo ocurre tanto con los
pasajes como con las escenas que se van quitando y agregando en cada versión.
Los participantes
Cientos de actores con parlamento y miles de extras
participan en la representación. Quienes desean participar deben cumplir con
varios requisitos como el ser habitantes de alguno de los ocho barrios de
Iztapalapa. (anteriormente los papeles se heredaban), capacidad histriónica y
mímica, voz clara y potente, facilidad de palabra, apariencia de acuerdo al
personaje a interpretar, no tener vicios, ser católico, tener la disposición de
ensayar durante los trece domingos previos a la representación (aproximadamente
150 horas en total), además de saber que los gastos por trajes y utilería correrá
a cargo de cada participante; de 300
a dos mil pesos.
El Cristo y los nazarenos
En el caso del Cristo de Iztapalapa, el reto es aún mayor,
pues el aspirante además de ser devoto, debe tener una buena condición física,
que le permita cargar bajo el sol del medio día, la cruz de 90 kilos y seis
metros de largo (tal y como exigía el código penal romano de esa época) durante
un recorrido de casi dos kilómetros. También debe dejarse el cabello largo
desde meses antes y pintarlo de ser necesario. Sólo se puede ser Cristo de
Iztapalapa una vez.
Detrás de Cristo hay otras personas que lo siguen en la
procesión. Son conocidos como nazarenos y por tres años deben hacer el
recorrido cargando una cruz y portando una corona de espinas en la cabeza,
ritual que realizan para pedir un favor o pagar una manda.
Para desempeñarse como nazarenos cada uno debe comprar su
propio vestuario y pagar una cuota de 25 pesos al Comité Organizador. Cada año
alrededor de dos mil personas desempeñan ese rol.
Anécdotas
Al ser una tradición tan añeja es de esperarse que se hayan
presentado varias anécdotas y curiosidades.
Por extraño que parezca, este ritual iztapalapense fue
defendido por Benito Juárez mediante un decreto gubernamental firmado en 1867.
Otro personaje histórico que también contribuyó para
mantener vigente estas representación fue el General Emiliano Zapata, que en
1914, ayudó económicamente y prestó varios caballos de su ejército para la
escenificación.
Por cuatro décadas la cruz usada para la crucifixión fue
elaborada por el carpintero Ángel Juárez Cabrera. Al morir, su hijo Ángel
Juárez López asumió el legado y desde el 2015 se encarga de elaborarla.
Uno de los hechos más curiosos se dio cuando el Comité
Organizador de la Semana Santa en Iztapalapa A. C. (Cossiac) destituyó del
papel de Jesús a Erick Eduardo Guzmán Ramírez por estar casado.
Esta fue la primera vez en la historia de la representación,
que uno de los personajes principales debió ser relevado. En el 2009 Erick
Eduardo Guzmán le dio vida a uno de los apóstoles.
En el 2003, Francisco López Mosco interpretó a Cristo y no
cayó en tres sino en cinco ocasiones. Estos resbalones extra no estaban
planeados y en realidad se debieron a su cansancio.
También ese año un caballo encabritado amagó con patear a un
sector de los asistentes, quienes por esquivar el golpe terminaron rodando
varios metros abajo de la elevación en la que estaban.
En el 2004 se rompieron los cables que sostenían una de las
cruces. Tres personas resultaron lesionadas.
Quien personifica a Judas suele llevar treinta monedas de
chocolate para repartir entre la multitud.
Este año Francisco Ledezma interpretará a Judas por segunda
vez consecutiva.
Se espera que entre fieles, turistas y medios de
comunicación, más de dos millones de personas acudan a presenciar la pasión 2017