martes, 14 de noviembre de 2023

La Reina Roja de los Mayas: Una mujer y un niño degollado en su tumba…¿El misterio que rodeó esta historia?


La Reina Roja
de los Mayas: Una mujer y un niño degollado en su tumba…¿El misterio que rodeó esta historia?

Edoméx en Línea/Teotihuacán en Línea. Redacción. Parecía la escena de un crimen: El cadáver de un niño degollado y de una mujer, a la que le sacaron el corazón, estaban tirados a lado y lado del sarcófago, tallado en una sola pieza de piedra, de 2,40 m de largo por 1,18 m de ancho.

En la tapa del sarcófago, encontraron un orificio, por el que el arqueólogo Arnoldo González echó un vistazo y gritó: "¡Está llena de jade!” Era la mañana del 1 de junio de 1994.

Además de jade, los huesos, piedras y conchas de mar que había dentro estaban cubiertos por un polvo rojizo -cinabrio, un mineral compuesto por mercurio y azufre, usado para conservar los restos humanos- que hizo que la mujer que había sido enterrada allí hacía 1.346 años, el 13 de noviembre del año 672 d.C., fuera llamada "la Reina Roja".

Sus restos han dado vueltas por Nueva York y Los Ángeles, en EE.UU.; Palenque, en México; y hasta Ontario, en Canadá. Pero, ¿quién fue esta mujer y cómo la ciencia llegó a conocer su identidad? ¿Qué nos dice ella sobre el mundo maya?


Ixik Tz'aka'ab Ajaw, la Reina Roja

El análisis de sus restos llevó a los investigadores a concluir que la Reina roja tuvo en vida 1,54 metros de estatura, murió con una edad entre los 50 y 60 años y tenía su cráneo deformado, con la frente aplanada, para seguir los cánones de belleza mayas.

Con sus restos se pudo concluir que padeció de osteoporosis, que tuvo hijos y que sufrió de sinusitis crónica. Además, en su tibia izquierda encontraron un capullo de larva de avispa. Se cree que, al morir, se encontraba discapacitada. Los altos niveles de estroncio en sus dientes les indicaron a los investigadores que no había nacido en la zona de Palenque.

Los dientes, además, mostraron que sufrió de sarro, abscesos y caries, y que tuvo una dieta rica en carne, algo que demuestra que era una persona de alto rango.

La máscara es de malaquita y se encontró rota en 119 pedazos. Su reconstrucción tardó nueve meses. En Palenque no existe la malaquita, por eso se cree que procede de las costas de Guerrero o Sinaloa, por las transacciones comerciales de los mayas.

Sin embargo, no solo por sus dientes se supo que se trataba de una mujer de alto rango. La arqueóloga Fanny López Jiménez fue quien encontró la bóveda funeraria de la Reina Roja. En sus investigaciones, leyó una y otra vez los informes de los arqueólogos Alberto Ruz y Jorge Acosta, que habían hecho grandes hallazgos en el templo en las décadas de los años 50 y 70.

"No me explicaba cómo era posible que me hubieran dejado tal regalo, lo cual no me desagradó en lo más mínimo", escribió López.

Por el solo hecho de que su tumba fuera encontrada a un costado del Templo de las Inscripciones, cerca al río Usumacinta, en Chiapas, su alto rango ya era algo casi comprobado.

Fanny pudo hacer una lista de quiénes eran las mujeres más importantes en su vida: de Pakal: Yohl Ik Nal, su abuela, reina de Palenque; Sak Kuk y su madre.


El niño degollado y la mujer muerta

Los cadáveres encontrados a lado y lado del sarcófago de la Reina Roja también hablan de su identidad.

Según el libro "La Reina roja: el secreto de los mayas en Palenque", de la periodista Adriana Malvido, los huesos de la mujer y el niño fueron analizados en Miami, en EE.UU., donde se concluyó que fueron sacrificados entre los años 620 d.C. y el 680 d.C. Pero, ¿qué hacían estos cuerpos allí? Siempre se ha creído que los mayas de alto rango eran enterrados con sirvientes para acompañarlos en el más allá.

Sin embargo, el arqueólogo mexicano Arnoldo González menciona que estos cuerpos habían sido sacrificados para "Una aportación de sangre nueva, fresca, para el personaje y su renovación". Esta conclusión se desprende de lo sangrientas que fueron las circunstancias de sus muertes.

En el libro "Janaab' Pakal de Palenque", de Vera Tiesler y Andrea Cucina, se describe que el cadáver de la mujer y el niño estaban tirados en el piso a lado y lado del sarcófago de la tumba de la Reina Roja. "Ninguno de los cuerpos fue depositado cuidadosamente", dicen los autores.

La mujer, de entre 20 y 30 años, sufrió varias puñaladas en dos costillas, estaba tumbada boca abajo, con los brazos cruzados sobre la espalda: "sus cuerpos fueron desechados. Las múltiples marcas profundas y multidireccionales indican un complejo patrón de violencia".


Incluso, se cree que el cuerpo de la mujer sufrió "Una separación del cuerpo en dos mitades o simplemente de una carnicería que formó parte de una mutilación ritual del cuerpo luego de la extracción del corazón".

El niño, por su parte, fue decapitado, como indica su tercera vértebra cervical, que tenía una marca continua de corte horizontal, la cual "únicamente puede haberse logrado con un violento impacto sobre la nuca con un implemento filoso".

Este violento hallazgo habla no solo de las creencias que los mayas tenían sobre la vida más allá de la muerte, sino de la existencia de una fuerte jerarquía social, donde personas de bajo rango eran sacrificados con fines rituales

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