Entierran a víctimas del incendio en la Central de Abasto de Toluca

Entierran a víctimas del incendio en la Central de Abasto de Toluca

Edoméx en Línea/Teotihuacan en Línea. Toluca. En medio de una profunda tristeza y una indignación generalizada, ayer por la mañana se llevó a cabo el sepelio de los nueve miembros de una familia que fueron asesinados y quemados dentro de una bodega en la Central de Abastos de Toluca.

Después de pasar la noche siendo velados en su hogar, los féretros que contenían los restos mortales del señor Benito, su esposa Lourdes, su nuera Pilar, tres de sus nietos y tres parientes más, salieron esta mañana minutos antes del mediodía con rumbo al cementerio del pueblo de San Mateo Ixtlahuaca, donde serían finalmente enterrados.

Dado que los miembros de esta familia eran muy queridos por la comunidad debido a su generosidad y constante apoyo con comida a las peregrinaciones que pasaban por el lugar o salían del pueblo, todos los habitantes salieron de sus hogares para acompañarlos en su último adiós.

"Eran personas maravillosas, no merecían morir de esta manera. Exigimos que los responsables de esta atrocidad sean identificados y castigados con todo el peso de la ley. Esta masacre no puede ni debe quedar impune", expresaron varios vecinos. Durante todo el recorrido, los pobladores que seguían de cerca los ataúdes cantaban, rezaban y pedían por el eterno descanso de los fallecidos.

Una vez en el cementerio de San Mateo Ixtlahuaca, la gente clamaba que su comunidad estaba de luto, que era un día de tristeza y desolación para todos ellos. Estaban aterrados por lo sucedido y afirmaron que nunca olvidarían ese día, ya que los marcó de por vida. El impacto de lo ocurrido se mantendría en sus memorias durante muchos años.

Cuando los féretros fueron bajados a su última morada, se vivieron momentos de consternación y llanto por parte de los familiares de las víctimas y de todos los presentes, quienes no podían creer lo sucedido y en algunos momentos deseaban despertar de esta pesadilla. Sin embargo, lamentablemente, era una realidad que debían enfrentar