La Columna Rota: No dejen que me asesine: Geraldinne
No quiero que me asesine, aún estoy viva, no quiero que me encuentre porque estoy segura que lo va a hacer, no permitan que mis hijos se queden sin su madre. Y que después las autoridades solo lamenten no haberlo detenido. Geraldinne
LA COLUMNA ROTA/ VERÓNICA VILLALVAZO (FRIDAGUERRERA)
En marzo de 2017 Emma Gabriela Molina Canto, fue asesinada en Mérida, Yucatán, por ordenes de su ex esposo Alberto Medina Sonda (Él se encontraba ya en la cárcel por peculado) durante más de diez años denunció la intensa violencia que el miserable ejercía sobre ella y su familia. Medina Sonda ya fue encontrado culpable y sentenciado por ser el actor intelectual del feminicidio, sin embargo, Ligia la madre de Emma mantiene la lucha contra el padre de sus nietos para que entregue la manutención de sus tres hijos.
El 24 de septiembre de 2020 en Ensenada Baja California, Pedro Martínez Castro ex pareja y padre del hijo, de Lucero Rubí Ojeda Huerta, ingresó armado y vestido de enfermero, sin serlo, al "Isesalud", dependiente del Centro de Salud de la delegación Vicente Guerrero de Ensenada, donde Rubí trabajaba como promotora social. Una vez dentro, Pedro le disparó y después se suicidó en el baño. Sobre el victimario pesaba un largo historial de reportes y denuncias penales relacionadas con la violencia que sufría Rubí.
Un par de días antes del feminicidio, se registraron dos episodios de agresión que fueron ignorados por las autoridades. El primero, cuando Pedro llevó a Rubí a una playa del poblado, donde la retuvo con repetidos ataques físicos, verbales y sexuales. Cuando regresó a su casa, ella reportó los hechos a la delegación municipal, quienes atendieron el llamado, realizando la detención de Pedro, sin embargo, horas después fue liberado.
Hoy Rubí y Emma Gabriela están muertas, sus hijos sin sus madres y sus madres en medio de la desolación. Con las eternas preguntas. ¿Por qué si denunció una y otra vez, no le hicieron caso?. Decenas de mujeres han sido asesinadas en este país luego de buscar una y otra vez que la justicia les de protección, esperanzadas en que así será, pero las dejan solas en las fauces de miserables que solo buscan aniquilarlas.
En 2019 me buscó Geraldinne una joven mujer que una y otra vez ha denunciado a su ex esposo de violentarla, amenazarla de muerte, esto en la Ciudad de México. Hoy Geraldinne viva, nos comparte el grito desesperado de terror en el que ha vivido hace muchos años. ¡Escúchela!
Mi nombre es Dulce
Geraldinne Fabiola López Cárdenas, naci el día 09 de noviembre de 1983, soy
hija única; en 2005 fui mamá soltera de
un niño, en el año de
En el año 2010 decidimos formalizar la
relación a pesar de tantos problemas que ya tenía con él por su temperamento
violento, decidimos casarnos; a pesar de la boda la relación se deterioraba más
y más; porque él me manipulaba en todo, me sobaja y hacía sentir que no valía
nada, me iba aniquilando poco a poco.
Ambos trabajamos en el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ahí fue donde lo conocí. Nuestro
ingreso no era mucho, un tiempo durante la relación él comenzó a tener más
dinero yo no sabía de dónde lo sacaba,
cuando pregunté me platicó que tramitaba
pensiones y que se asociaba con gente del IMSS para trabajar en conjunto,
también usaba su puesto laboral para aumentar semanas cotizadas a personas que
querían pensionarse sin contar con las semanas requeridas. Tenía el poder de
desaparecer documentación para reportar otras cifras y así cobrar por el
trámite de pensión ya que él y su gente tenían una empresa “fantasma” en la que
daban de alta a las personas como empleados sin serlo para seguir cotizando.
Así fue como comenzó a tener más dinero, su violencia
conmigo era mucho mayor, siempre me humillaba diciendo que yo no tenía nada,
que el valía mucho porque además nadie lo descubriría nunca, también me
amenazaba de que si decía algo me iría muy mal.
En el año 2013 nace
nuestro hijo con muchas trabas, padezco Lupus, por lo que mi estado de salud se
complicó durante todo mi embarazo. Mi estado anímico y emocional no era el
mejor debido a la constante violencia que Alberto ejercía contra mí. En 2014 me
violenta sexualmente y me golpea en casa, es cuando decido denunciarlo por
primera vez, acudí al Hospital a
urgencias por las lesiones que me ocasionó, lo denuncié pero el miedo y la vergüenza me impidieron darle
seguimiento a esa Averiguación Previa; en 2017 después de enterarme que el
mantenía una relación con otra persona decidí divorciarme, pero él no aceptaba
que nos divorciáramos, por ello los golpes. Las amenazas de quitarme a mi hijo,
me paralizaban pensando que podía hacerlo, por ello continúe el trámite de
divorcio sin volver a mencionarle nada; al enterarse me amenaza pero esta vez
con mayor fuerza ya que el se encontraba en una situación económica mucho mejor
que yo, algo que no les he dicho, es que
es abogado, obviamente su profesión la utilizaba para decirme que yo no podía
hacer nada contra él, porque conocía a mucha gente.
En 2018 se mete a mi
departamento y por celos me encierra unas horas, me golpea brutalmente frente a
nuestro pequeño hijo, estuvo a punto de estrellarme una botella en la cabeza, a
mi me angustiaba que el niño estuviera viendo y viviendo toda esa violencia,
luego de horas se fue; una vez más salí a denunciarlo esta vez en la Fiscalía
de Delitos Familiares en la Fiscalía General de la Ciudad de México, ese día
entendí que sus amenazas no iban a parar; esa denuncia estuvo más de 3 años en
proceso de investigación, la abogada de
Alberto fue Ministerio Público, él se jactaba conmigo de que ella tenía muchos
contactos en la Fiscalía, corroboré que era verdad porque hacían todo por
atrasar el proceso, siempre que iba a preguntar cómo iba el proceso me ponían
trabas, me cerraban puertas.
Meses después de mi violación, en febrero de
2019 nuevamente con el fin de entregarme al niño en mí domicilio como era el
acuerdo, llega con otras persona a intimidarme y amenazarme una vez más, a
pesar de las denuncias anteriores, aunque tenía medidas de protección y de
restricción no le importó. Las personas
que lo acompañaban me intimidaron, me grabaron, me tomaron fotografías y a mi
casa, uno de los sujetos llevaba en la cintura lo que parecía un arma de fuego,
y se levantaba la playera mostrándomela. Una vez más lo denuncié, se inicio una
carpeta de investigación por el mismo delito violencia familiar, decidí irme de
mi casa, y me fui con mi mamá. Tres meses después de los últimos hechos, dos
personas con engaños se meten a casa de mi madre a golpearla salvajemente con
un bate de beisbol. Mi madre perdió un dedo, tuvo más de cinco heridas en la
cabeza, pudieron asesinarla, no pasó porque al escuchar sus gritos salí y la
pareja huyó, afortunadamente logre ver las placas del vehículo... un taxi. Una
vez más denunciamos en la Fiscalía, les dimos los datos, en las investigaciones
se logró determinar que el domicilio del taxista quien los ayudó a escapar
casualmente era vecino de Alberto, por lo que se sospecha que fueron actos
enviados por parte de él .
De la carpeta que
inicie en 2018, logramos procesarlo, fue
vinculado a prisión preventiva, el juez de procesos determinó sentencia
condenatoria de 4 años 9 meses con beneficios de salir de la cárcel y continuar
el proceso fuera. De la segunda carpeta en la cual también se determinó prisión
preventiva justificada y los periciales determinaron que resulté con daño
psicoemocional, depresión severa, así como daño patrimonial a consecuencia de
la violencia.
El juez Francisco Salazar Silva, le otorgó
absolución; a pesar de que la Fiscalía
y la Asesoría Jurídica demostraron con
periciales y pruebas que los hechos de violencia se comprobaban, ignorando el
testimonio de los expertos en materia,
juzgando totalmente sin perspectiva de género, situándome en un latente
riesgo de que ahora si me asesine. En ese momento me sentí sola, desprotegida,
a ese juez, no le importaron los antecedentes previos de mis denuncias.
Lo puso en libertad,
vulneró mi integridad, mi vida y la de mi familia, a consecuencia de toda esta
violencia tuve que resguardarme en otro estado, sin poder llevar una vida
libre; hoy vivo con más temor, comprobé que la justicia está cada vez más lejos
de mí, y no cuento con ninguna protección.
No quiero ser una
estadística más de feminicidio, es por esto que me apoyo desde 2019 en
FridaGuerrera para que mi voz en vida pueda ser escuchada, fue en ese momento
entonces que la Fiscal General de la Ciudad de México, Ernestina Godoy al
conocer mi caso prometió ayudarme a hacer justicia, y ella lo ha cumplido, fue
el juez quien decidió por la impunidad.
Solo pido justicia
para mí y mi familia, porque tal vez el día de mañana alguien más tenga que hablar por mí. Soy
víctima de violencia familiar y
violencia Institucional. No quiero que me asesine, no quiero que me encuentre
porque estoy segura que lo va a hacer. No dejen que mis hijos se queden sin su
madre, no deseo que en la próxima marcha de Día de Muertas, mis hijos porten mi
foto en su pecho. Y que después las autoridades solo lamenten no haberlo
evitado.
Por favor AYÚDENME.
No hay mucho que agregar, es increíble que en este país se siga permitiendo que los jueces impartan "justicia" desde sus propios criterios sin perspectiva de género y dejándose corromper.
Las mujeres seguirán haciendo lo correcto, denunciar legalmente confiando en las autoridades, las cuales aún con dichas denuncias muy probablemente las colocaran en situaciones de mayor vulnerabilidad.
Alberto pasó algunos meses en la cárcel, dónde jamás imaginó que Gery lo llevaría, ahora está libre y está enojado. No esperemos un fatal desenlace. EVITARLO DEPENDE DE LOS JUECES.
septiembre de 2022
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio, son con autorización y acompañamiento de las víctimas. Porque solo somos la extensión de su grito de justicia.
@FridaGuerrera
@vocesDLAusencia
La culpa es de jueces corruptos que los dejan libres y estos psicópatas hacen de las suyas.
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