Teotihuacán: No es un coyote el depredador de Tlajinga: Especialistas

Teotihuacán: No es un coyote el depredador de Tlajinga: Especialistas

Teotihuacán en Línea/Edomex en Línea. Teotihuacán. Rogelio Salas. A raíz de las dos tragedias ocurridas en la zona de San Pedro Tlajinga en ejidos de San Sebastian Xolalpa, Teotihuacán en Línea entrevistó a especialistas médicos veterinarios quienes colaboran con la asociación “Mundo Patitas”, para aclarar si el depredador pudiera ser un coyote.

En torno, los médicos concordaron que un coyote no atacaría a un ser humano en despoblado, a causa de que se trata de un cánido tímido, solitario, que acostumbra aullar en las noches, aullidos que no han escuchado vecinos de esa zona.

“Los coyotes, Canis latrans, del náhuatl coyotl que significa perro aullado, son muy adaptables en diversos lugares. Su comportamiento puede variar mucho según su hábitat, pero en general viven y cazan solos o en parejas monógamas, buscando animalillos pequeños, especialmente musarañas, campañoles y conejos; así como pequeños insectos. Es omnívoro, y adapta su dieta a las fuentes disponibles, incluyendo frutas, hierbas y otros vegetales, y si viven cerca de los humanos, no es extraño que se les descubra hurgando entre la basura”.

“Es mucho más común oír un coyote que verlo. Las llamadas que los coyotes hacen son agudas; se las describe como aullidos, chillidos, gañidos y ladridos. Estas llamadas pueden ser una nota larga que sube y que cae (un aullido) o una serie de notas cortas (un chillido). Estas llamadas se oyen por lo general al crepúsculo o por la noche, y con menos frecuencia durante el día.

Aunque las llamadas se realizan todo el año, son más comunes durante la estación de acoplamiento de la primavera y durante el otoño”, dijeron.

Por sus hábitos alimenticios, no son animales salvajes que se atrevan a enfrentar de lleno a una persona como por ejemplo lo haría un lobo, ya que en caso de agitar un palo o apedrearlos, se asustan y prefieren huir a su madriguera al verse en peligro, no son cánidos que se enfrentan directamente a su presa. Es casi imposible que un coyote o las mordidas de un coyote sean mortales, a menos que sea en manada, cosa que no acostumbran hacer. Además, si hubiera sido un coyote, el rastro sería muy evidente por las huellas peculiares que dejaría y por sus heces fecales que revelarían que se trata de esa especie”, concluyen