Huracán Ramírez y los luchadores que lo interpretaron
Teotihuacán en Línea. En 1952, en las abarrotadas salas de
cine de todo México se estrenó la película Huracán Ramírez, interpretado (sin
máscara) por el actor David Silva; el gladiador que realizó las escenas
luchísticas fue el “Tarzán español”, Eduardo Bonada. El filme fue planeado por
Joselito Rodríguez, mismo que fungió de director.
Corrían los mejores años del pancracio nacional y este cine
de luchadores y gánsteres a la mexicana tuvo gran aceptación entre el público.
Pronto, fueron los aficionados los que exigieron en las
arenas al entonces ícono mediático y uno de los pioneros de éste tipo de
género. Fue el mismo Eduardo Bonada el encargado de representar
profesionalmente en el ring al Huracán, pero tiempo después, tras vencer en un
combate Máscara vs. Máscara a Black Killer, ante un público que no podía
creerlo, él mismo se desenmascaró. Bonada no quiso quedarse con la identidad
del luchador, además quería luchar sin máscara.
En 1952 Joselito Rodríguez comentó que iba a hacer una
película de luchadores, y que la historia giraría en torno a un gladiador de
nombre “Huracán López”, pero como ya existía Tarzán López, fue “Huracán
Ramírez”.
Las escenas luchísticas las hicieron Javier Muñóz, Enrique
Llanes y Rolando Vera, como un luchador volador. Pero como Muñóz sin la máscara
era ya un luchador conocido, un día en el Auditorio Municipal de Ciudad Juárez
se despojó de ella, y ahí quedó Huracán Ramírez.
Ante tal acontecimiento vendría a ocupar Marco Antonio
García Ramírez (quien posteriormente sería Carta Brava) la vestimenta de
Huracán; éste triunfó a través de todo el norte de la República mexicana y
Centroamérica, y con su técnica científica de lucha logró consolidarse como un
digno sucesor de la leyenda azul y rojo (ya que de la primera máscara las
grecas eran color granate). Por aquellos años, Fernando Oses también se puso el
traje; también Enrique Melgar y Rogelio de la Paz fueron Huracán Ramírez en el
encordado de aquellas épocas.
Pero recordemos que Huracán Ramírez es, desde su gestación,
una marca forjada por Joselito Rodríguez. La historia no nos lega la verdad de
los acontecimientos sucedidos, es más bien un ramo de probables versiones: no
existe certeza de si fue la Comisión de Box y Lucha la que exigió la existencia
de un solo luchador con tal nombre y traje, no sabemos si la familia Rodríguez
se molestó porque no generaban regalías los luchadores que hacían de Huracan,
ignoramos si fue por un noble intento de proteger la integridad del personaje,
si querían que heredara un marcado estilo que dejo bacante Bonada, si aceptar
la anecdótica verdad que brindó Rhual Rodríguez (nieto) de que fue producto de
la casualidad, ya que Juan Rodríguez le dijo a Joselito, su padre, que Marco
Antonio García Ramírez (que venía luchando como Huracán Ramírez desde hacía dos
años) quería al personaje formalmente, y que por esos días otro García, Daniel
García Arteaga, le llamó a Joselito para igual poder adoptar la identidad del
gladiador, y éste, creyendo por lo García que era Marco Antonio, le concedió la
incógnita, o si finalmente admitir la versión aceptada por la mayoría en la que
Joselito junto a su hijo Juan convocaron a un casting de luchadores para ver
quien sería el heredero oficial, tanto en la pantalla como en los encordados,
del mítico gladiador.
Daniel García Arteaga fue el sucesor, y no sólo llevaría de
vuelta al Huracán al cine, sino que comenzaría a escribir una nueva historia,
la de “el príncipe de seda”. Ese mismo año, para hacerlo oficial, el 27 de agosto
de 1956 la Comisión de Box y Lucha le otorgó el apelativo y la licencia del
personaje
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