En voz alta ¿Trump, monarca absolutista?
Teotihuacán en Línea. Por: Gerardo Viloria. Una de las
noches negras que los pueblos han sufrido en la esfera del ejercicio de los
regímenes políticos, ha sido la del absolutismo monárquico que tiene lugar en
Europa occidental entre los siglos XVI al XVIII.
En este sistema el monarca dirigía sin más restricciones que
su propia voluntad.
Para intimidar al Parlamento e imponer su poderío, quien lo
ejemplifica por excelencia es LUIS XIV, Rey de Francia, cuando dijo “El Estado
soy yo”.
El historiador francés ALBERTO MALET (1864-1915), lo
describe: “LUIS XIV tenía pocas ideas que le fueran propias. En su infancia le
habían dicho que el rey era una divinidad visible, un semidiós”.
De igual forma pensaba su bisnieto y sucesor LUIS XV, el rey
quien apresuró la revolución francesa al convertirse en objeto de furibundas
críticas por sus derroches y sus amantes.
Señaló: “Sólo en mi persona reside el poder soberano, es a
mí a quien deben mis cortesanos su existencia y su autoridad; la plenitud de su
autoridad que ellos ejercen en mi nombre reside siempre en mí y no puede
volverse nunca contra mí; sólo a mí pertenece el poder legislativo sin
dependencia y sin división”.
Idéntica inclinación la ostenta desde su campaña electoral,
el actual presidente de Estados Unidos DONALD TRUMP.
Lo más reciente de su figura se expresa el pasado martes 22,
cuando ante miles seguidores en el Centro de Convenciones en Phoenix, Arizona,
regresó a su esencia.
Diez meses después de haber ganado la presidencia de los
Estados Unidos, con una perorata encendida, irreverente, rabiosa y
divisionista, en más de una hora de reproche desordenado, insistió en la
construcción del muro fronterizo, y amenazó con paralizar al gobierno federal,
al menos que el Congreso le apruebe los fondos.
Con una arenga delirante, también denunció a los demócratas
de “obstruccionistas” por poner en riesgo la seguridad del país al no apoyar la
construcción del muro y el endurecimiento en las políticas migratorias.
Respecto al TLC subrayó la probabilidad de su eliminación
“porque los estadounidenses se han visto afectados”.
TRUMP, ahí mismo, continuó el ataque a su enemigo favorito:
los medios. Los culpó de servir de impulso a los grupos que incitan el odio, de
ser los autores de la división del país.
Además los responsabilizó por la polémica que él mismo
generó con su vacilante reacción y declaración sobre la violencia racista en Charlottesville,
Virginia, mismas que reprobadas tanto por demócratas como republicanos.
Pero, como si lo anterior fuera poco, DONALD TRUMP pareció
incluso burlárse de sus asesores en la Casa Blanca y particularmente del jefe
de gabinete JOHN KELLY, cuando dijo: “Ayer me pidieron, por favor, señor
Presidente no diga nombres; que no dijera nombres”.
Se trata de una aparente alusión al senador republicano
representante en el Senado del estado de Arizona, JEFFRY LANE "JEFF"
FLAKE, quien ha sido muy crítico del presidente, por lo que TRUMP quisiera
verlo sustituido.
De igual manera, fue notable la manera áspera cómo se
refirió, también sin nombrarlo, al otro senador del estado, el republicano JOHN
MCCAIN, destacado político, veterano de guerra, quien de haber estado bien de
salud y asistido, no hubiera saludado a DONALD TRUMP en ese evento.
En el mismo sentido, el mandatario se mostró dispuesto a
ajustar cuentas con los sectores que alguna vez le han criticado, incluyendo a
los empresarios en temas de manufactura y producción industrial, los cuales
tras desacuerdos por su reacción racista en los enfrentamientos que causaron la
muerte de una mujer en Charlottesville, Virginia, renunciaron a los comités
creados para asesorarlo.
Ante ello, TRUMP tuiteó que las vacantes están disponibles
para otros empresarios.
En este conexto, se puede decir que la luna de miel entre DONALD
TRUMP y el mundo empresarial se problematizó.
Del mismo modo, en ese mitin de Phoenix, Arizona, DONALD
TRUMP dejó claro su apoyo a quien se autodenominaba "el sheriff más duro
de Estados Unidos", el exalguacil del condado de Maricopa, en dicho estado,
JOE ARPAIO.
Ante sus seguidores que respondieron con aplausos, TRUMP
exclamó:"¿Fue el sheriff JOE condenado por hacer su trabajo?".
Mostrando un desdén hacia el estado de derecho y el sistema
de justicia, así como su inclinación segregacionista y xenofóbica, TRUMP, en un
anticipado indulto, el pasado viernes 25, exoneró al fanático ex jefe de
policía de Arizona JOE ARPAIO, quien se enfrentaba a una posible pena de seis
meses de cárcel.
ARPAIO, fue declarado culpable por desacato en una corte
federal al no cumplir la orden de un tribunal de poner fin a las prácticas de
detener –por razonas raciales- especialmente a los latinoamericanos y de negar
a los presos los derechos humanos más elementales en sus cárceles.
Por lo arriba señalado podemos finalizar comentando: DONALD
JOHN TRUMP, quien a partir del 20 de enero de este año, se convirtió en el
presidente número 45 de los Estados Unidos, una de las naciones consideradas
con mayor democracia, llamado con la misión de gobernar y convocar a la unidad
de su país, prefiere comportarse como monarca absolutista y centrarse en
fomentar las divisiones internas, como si ese fuera el propósito fundamental de
su mandato.
Su semejanza con LUIS XVI, Rey de Francia (1774-1792)
derrocado durante la Revolución Francesa y decapitado, es muy amplia.
En ese entonces, el pueblo francés cansado de
arbitrariedades, así lo quizo. En esa analogía, ¿el pueblo de Estados Unidos se
cansará y ejecutará?
Mientras tanto veamos que acontece, tan sólo podemos decir:
¡Pobre Estados Unidos, tan lejos de Dios y con DONALD TRUMP, gobernándolos
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