El Tianguis entre San Juan y Tlaltelolco
Líderes tianguistas al margen de la ley controlan con dadivas a funcionarios y políticos
Teotihuacán en Línea. Por: Jorge Treviño Isaías. En México,
el tianguis es una tradición centenaria, en la época prehispánica. Tlatelolco
era el punto de intercambio comercial más importante de Mesoamérica, allí el
orden y la disciplina entre comerciantes y compradores prevalecían pues sí
alguien no respetaba la ley debía enfrentar sanciones inmediatas e implacables,
sentenciadas por jueces siempre disponibles,
que iban desde la expulsión del mercado,
decomiso de mercancía, la mutilación de manos o lengua tras robo o
fraude, hasta la muerte por ejecución allí mismo a manos de la guardia del
imperio azteca.
En la actualidad, para nadie es un secreto que los
dirigentes de agrupaciones de comerciantes informales de tianguis ostentan
riquezas acumuladas, pero a diferencia de otros casos de enriquecimiento
inexplicable con estos personajes sí hay una explicación, la complicidad con funcionarios
de gobierno y la corrupción son las características principales con las que
operan para obtener dinero a cambio de la instalación de cada puesto colocado
en las diferentes plazas de comercio irregular que controlan.
El tianguis de San Juan Pantitlán asentado cada domingo
sobre avenida Texcoco en los límites de la ciudad capital y el Estado de
México, entre la delegación Iztapalapa y el municipio de Nezahualcóyotl tenía
treinta años instalándose, pero el pasado 30 de julio de 2017 autoridades de
ambas demarcaciones realizaron un operativo para impedir la colocación de la
vendimia. La medida fue derivada de un tiroteo ocurrido una semana antes en el
que resultaron dos personas muertas y varios lesionados por arma de fuego.
Hechos de violencia podrían repetirse en
otros lugares de venta similares pues aunque se instalan en diferentes días,
los líderes y comerciantes son los mismos como el que se ubica los miércoles en
“El Salado”, sobre la misma vialidad entre Iztapalapa y Neza pero cinco
kilómetros más hacia el oriente.
Los dirigentes de grupos de vendedores nunca han procurado
establecer el respeto a la legislación en el aspecto administrativo con la
Delegación o el Municipio, todo lo ejecutan con acuerdos políticos y al margen
de la norma jurídica, un tianguista nunca realiza trámite alguno en ventanilla
oficial, para vender todo es con sus líderes y operadores, en el caso que un
mercader acuda a la delegación Iztapalapa o a la oficina municipal de Neza inmediatamente sufre las consecuencias
de no poder instalarse por órdenes del capo tianguista.
Tampoco es positivo para el sistema de recaudación fiscal
del gobierno, pues quien vende en una plaza ambulante no hace declaración de
impuestos ni paga seguro social a las personas que emplea. Además que sí
consume energía eléctrica no la paga ya que se cuelga clandestinamente del
primer poste que se deja, hay que sumar la molestia a vecinos y las toneladas
de basura que deben recoger los servicios públicos pagados por todos nosotros.
Otro factor es la anarquía que prevalece en los puntos de
venta, toda presencia de cualquier dependencia oficial debe pasar por el visto
bueno del dirigente, de lo contrario el hostigamiento y rechazo se manifiestan
abiertamente.
Es común observar el arribo de los jefes de plaza en
vehículos de lujo a los tianguis o en sus centros operativos, sin dejar de
mencionar las alhajas y artículos costosos que ostentan, estampas similares a
cualquier cabecilla narcotraficante, sólo les falta su “tianguicorrido”.
Que los gobernantes tomen cartas en el asunto es urgente, y
que mejor que lo hagan sumando capacidades institucionales, no se trata de
quitar los tianguis, sin embargo se requiere que se les retire el manejo
administrativo y operativo a los nefastos dirigentes.
Quien sea líder que represente sí, que defienda, organice y
sea la voz de los tianguistas, pero que también fomente el respeto a la ley,
por el bienestar de quien procura con venta o trueque mejorar sus condiciones
de vida. La dinámica de la sociedad demanda verdaderas Organizaciones sociales
no grupúsculos mafiosos que todo lo hacen bajo las sombras. Que considere que
la gente cuando acude a realizar sus compras con la idea de obtener productos
más baratos merece respeto y buen trato.
Obligado aspecto es cuidar también de manera especial la
actuación de los servidores públicos vinculados, en ellos recae la
responsabilidad de que las políticas gubernamentales sean ejecutadas
correctamente. Para lograrlo sólo
requiere brindar respuestas a la altura de las necesidades de la ciudadanía,
con honestidad, transparencia y sobre todo rendición de cuentas, nada más.
¡uffs!
¿Si hoy hubiera jueces como en Tlatelolco sobre quienes
caerían la mayoría de sentencias?
LOS LIDERES DE LOS TIANGUISTAS DEBERIA DE DESAPARECER PORQUE SON UNA BOLA DE RATAS VIVIDORAS Y CHIVAS
ResponderEliminarLOS AYUNTAMIENTOS DERERIAN DE TENER UNA AREA EN DONDE PODAMOS PAGAR DIRECTAMENTE AL AYUNTAMIENTO EL PERMISO DE PISO Y QUE ELLOS DISPONGAN CUANDO Y DONDE ESTABLECERNOS SIN NECESIDAD DE ESTAR HINCHANDOLES LAS BOLSAS A ESTOS PERROS