Óptica Ciudadana
¿2 DE… SÍ SE OLVIDA?
Teotihuacán en Línea. Por José Luís Hernández Jiménez. A Luís González de Alba, In Memoriam . “Buenos días. Agradezco a esta Universidad, Instituto Tecnológico de Sonora, por su generosidad al albergarnos en esta ocasión, a todos los presentes por su esfuerzo y paciencia, al Colectivo Cultura y Democracia en Cajeme y al profe Gustavo Leyva, por su amable invitación, para venir a compartirles algo de mi, como fue el caso de la 37 Presentación de mi libro, y conmemorar entre todos, el 48 aniversario de los sucesos de aquel 2 de octubre, de tristes pero muy combativos recuerdos”.
“El Movimiento Estudiantil, que pronto tuvo que agregársele el calificativo de “Popular”, pues no solo participaron estudiantes, fue un parteaguas en la historia de nuestra nación, porque hay un antes y un después de 1968. Con aquella gesta se desencadenaron muchos de los cambios que hoy vivimos como sociedad.
“No obstante que antes de ese año habíanse dado movimientos trascendentales como los de los Médicos, los Maestros, los Telegrafistas, varios de tipo agrario y, sobre todo, los ferrocarrileros, fue el Movimiento del 68, el catalizador, la gota que derramó el vaso, lo que faltaba para que, la sociedad o gran parte de ella, se conmoviera e iniciara, muchas de las transformaciones, desde su conciencia colectiva.
“Quizá por la manera autoritaria en que dicho Movimiento fue frenado; Tal vez debido a que el principal sector afectado fue el juvenil y estudiantil, al mismo tiempo; A lo mejor porque en otros países ocurría, algo similar; O debido a que en el resto del mundo se daban cambios en muchos sentidos; Posiblemente porque el principal impacto se dio en el centro del país; O porque muchos intelectuales de renombre también participaron; O debido a que la golpeada en esa ocasión fue la clase media; O porque estaban por inaugurarse los XIX Juegos Olímpicos, en México; O a que se dio en momentos en que ocurrían los prolegómenos de la sucesión presidencial; O simplemente porque también sirvió como válvula de escape ante un sistema muy autoritario, unipartidista y en el clímax del presidencialismo, O por todo ello junto, fue que el Movimiento Estudiantil Popular de 1968, se convirtió en ese parteaguas.
“Pese a que el Movimiento tuvo mucho de caótico, mucho de espontáneo, mucho de desmadroso, mucho de desorganizado, mucho de provocador al sistema, como algunas de sus debilidades, tuvo otras características que hablan de sus fortalezas. Pues también fue un Movimiento de masas, muy heterogéneo y plural, alegre, muy creativo en términos propagandísticos y con un gran sentido cívico, con una organización creciente y horizontal pues no era uno sino muchos los dirigentes visibles (uno de ellos, por cierto, recién falleció, Roberto Escudero, quien fuera uno de los dos delegados de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, junto con Luis González de Alba), que rebasó a los grupos políticos organizados previamente, como al mismo Partido Comunista y a otros similares. Hoy diríamos que fue un Movimiento ciudadano, no partidista, y con una agenda de lucha muy clara, concreta y noble. Noble en el sentido de que los estudiantes en esencia nada pedían para ellos como sector, sino para la sociedad en su conjunto.
“A saber, el Pliego Petitorio del Movimiento era el
siguiente:
1. Libertad de los presos políticos (Demetrio Vallejo y
Valentín Campa, en especial)
2. Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código
Penal (delito de disolución social)
3. Destitución de los jefes policiacos que habían
intervenido en la represión (Luis Cueto, Raúl Mendiola y Armando Frías)
4. Desaparición del Cuerpo de Granaderos
5. Deslinde de responsabilidades y
6. Indemnización a los familiares de muertos y heridos.
“Fueron los seis puntos originales a los que luego agregaron
otros, como que el ejército no interviniera en asuntos estudiantiles y hubiera
diálogo con las autoridades.
“No era una agenda socialista, comunista, radical. Eran
simples peticiones democráticas. Aclaro esto porque en aquella época, grupos
que presumían su izquierdismo radical, alegaban que pedir o practicar la
democracia era algo reformista, o la pura táctica. Pero el Movimiento, que
rebasó finalmente a ese tipo de grupos, lo que pedía eran libertades
democráticas: Es decir, ejercer los derechos de expresión, reunión, asociación.
Algo elemental pues aparecía en la Constitución Genera, como parte de las
garantías individuales, pero no se respetaba. “La respuesta del gobierno encabezado por Gustavo Díaz Ordaz y Luís Echeverría Álvarez como su segundo de a bordo, fue exagerada, brutal: la represión del Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, que dejó decenas de muertos, oficialmente reconocidos, múltiples heridos y centenas de encarcelados y luego muchos exiliados. Respuesta que fue aplaudida y enaltecida, entre otros personajes, por uno que hoy es muy famoso, Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega.
Déjenme recordar, algo que he dicho en otras ocasiones. A mi me pasó lo que al país. Antes de ese momento, era yo una persona común y corriente, más corriente que ahora. Desinteresado de los asuntos públicos y mas preocupado y ocupado, en sobrevivir y en apoyar a la sobrevivencia de mi familia; Tenía quince años y laboraba como cargador por el rumbo del mercado de la Merced, en la capital del país, por lo que no fui actor directo de ese Movimiento; Hasta le tenía miedo a los estudiantes. Creo que luego, dios me castigó porque años después, varios de los dirigentes de ese Movimiento, se convirtieron en mis maestros, mis compañeros y hasta mis amigos.
Pero cuando se dio la gran represión, o mejor dicho, cuando se empezó a conocer la realidad de lo sucedido, por medio de publicaciones como la Revista Por qué, mi percepción de la realidad empezó cambiar rápidamente. Empecé a preguntar, a informarme como podía, a participar en la solución de la problemática social que me era más cercana. Se dio un cambio en mi conciencia.
Creo que algo así le ocurrió al país en su conjunto. A partir de ese Movimiento, la conciencia colectiva, social, cívica y política, de nuestro México lindo y querido, empezó a cambiar rápidamente.
Luego del baño de agua helada que significó aquella represión, algunos de los participantes del Movimiento, optaron por tomar las armas. Muchos escogieron constituir nuevas organizaciones políticas, otros por fortalecer algunas de las ya existentes. Otros empezaron a escribir. A escribir y publicar. O a crear en otros rubros de la actividad humana. Muchos se integraron al sistema o, de plano, al gobierno, bajo la premisa de que había que cambiarlos desde dentro. Otros, de plano renunciaron a él, como fue el caso de Octavio Paz.
“Para la sociedad mexicana, el Presidente de la República dejó de ser el dios que parecía. El Partido de Estado, el PRI de entonces, empezó a dejar de serlo. Los medios de comunicación, principalmente los impresos, empezaron a abrirse a otras tendencias ideológicas. Se llegó a concretar el reconocimiento electoral de Partidos como el Comunista Mexicano, el Mexicano de los Trabajadores, el Revolucionario de los Trabajadores y hasta del PST, pues el quehacer político que solo anidaba en las universidades hasta 1968, por fin salió a las calles.
Meses o pocos años después, las demandas del Movimiento, en términos generales, fueron satisfechas. Vallejo y Campa, incluso llegaron a ser Diputados. Valentín también fue candidato sin registro electoral, a la Presidencia de la República.
La irrupción de las izquierdas, unas como izquierdas políticas, aglutinadas con otros grupos en el Frente Democrático Nacional, en 1988, y las no políticas en 1994, en el EZLN, no se explican, por ejemplo, sin lo ocurrido en 1968. Las reformas político- electorales, la creación de organismos ciudadanizados, y gran parte de otros cambios importantes no se explican sin el empuje de lo ocurrido en 1968.
Aquel autoritarismo presidencial, prácticamente ha desaparecido. En nada se parecen Gustavo Díaz Ordaz y Enrique Peña Nieto. Hoy, a contraparte de antes, es común ver que son los manifestantes, los que aporrean a las diferentes policías. A veces creo que nos hemos movido, también peligrosamente, al otro extremo.
Cierto, hay situaciones no superadas, problemas agravados, como los de la injusta distribución de la riqueza y la inseguridad pública, hay nuevos retos, para las nuevas generaciones, como la estudiantil de esta Universidad, que tendrán que hacer su parte, su aportación, como en su momento la hicieron loas participantes de aquel Movimiento Estudiantil Popular, de 1968.
Entonces, por todo lo anterior, y para que no se olvide, es justo y necesario, como se hace en esta ocasión fecha también digna de recordar pues hace 251 años, nació uno de los padres de la patria, don José María Morelos y Pavón desde este HH recinto universitario, conmemorar los 48 años del Movimiento Estudiantil Popular de 1968, por todas sus aportaciones al México que hoy vivimos, por sus muertos y heridos de aquel momento, por sus fallecidos posteriores y recientes, como el caso de Roberto Escudero, quien recién falleciera, por todos los que participaron y por los que aún andan por ahí, vivitos y coleando, como Marcelino Perelló, Gilberto Guevara Niebla, Romeo González Medrano, Tayde Aburto, Pablo Gómez, Salvador Ruiz Villegas, Luís González de Alba, Jorge Villamil Rivas y muchos otros (De estos tres últimos, se recomienda leer “Malkut”, “Los días y los años” y “el Movimiento Estudiantil del
Ciudad Obregón, Sonora, a 30 de septiembre de
(*) Discurso pronunciado en el Aula Magna del Instituto Tecnológico de Sonora Náinari, por este SSS, el pasado viernes 30 de septiembre.
Notitas: Una.- Que regresando a la CdMx, me enteré del fallecimiento de Luís González de Alba, uno de los dirigentes del Movimiento Estudiantil de 1968 e ilustre escritor. Ya que. Abrazo del oso a sus familiares, compañeros del 68 y amigos. Dos.- Que se reitera mi agradecimiento a la comunidad universitaria del ITS-Náinari, en Ciudad Obregón, en Cajeme, Sonora, por su excelente recepción a la Presentación No. 37 de mi libro, “Cuando correteábamos utopías”, y al organizador del evento, el Colectivo Cultura y Democracia de Cajeme, el pasado 30 de septiembre. Igual reconocimiento de mi parte merece el Instituto de Integración Cultural, Colegio de Posgrado, Maestría en Innovación y Creatividad en la Educación”, de Tultepec, Estado de México, por la Presentación de mi libro el pasado 24 de septiembre. Tres.- Que, según resultados del plebiscito de este 2 de octubre, el pueblo colombiano, por medio punto porcentual de la votación, no quiere la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Algo malo habrán hecho esas FARC a ese pueblo. Aunque el verdadero ganador es el abstencionismo. De 35 millones de colombianos electores, solo votaron trece. 21 millones no votaron. El fantasma de Inglaterra ronda por Colombia. Cuatro.- Que ya ¡anímensen, estimados lectores, a hacer ejercicio diario. Vivirán contentos! ¿va?
en aquel suceso acribillaron a estudiantes padres de familia, niños, etc. por levantar la voz, en la actualidad la delincuencia organizada masacra a soldados del ejercito mexicano y policias federal y el gobierno no actua que lastima, y que lastima que hayan inventado derechos humanos solo para proteger a delincuentes.
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