Óptica Ciudadana
LA CDMX (II)
Teotihuacán en Línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. Aunque el viernes pasado, 29 de enero, el C. Presidente de la República promulgó con bombos y platillos y con los aplausos desbordados de don Miguel Ángel Mancera y banda que les acompaña, la nueva reforma política para la capital del país, no creo que sea para tanto.
Porque insisto: Una verdadera reforma política para los ciudadanos capitalinos, hubiera sido sencilla pero sustancial. Es decir, que el DF fuese considerado solamente, la superficie que ocupan los tres Poderes federales, o sea, Palacio Nacional, Los Pinos y edificios relacionados, mas los inmuebles que albergan las Cámaras de Senadores y de Diputados y los que tienen que ver con la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y el resto del territorio, transformado en un nuevo Estado de la Federación, el Estado de Anáhuac o el Estado del Valle de México, por ejemplo.
De esa manera, se respetaría aquello de que la sede de los tres Poderes Federales (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) es un territorio denominado Distrito Federal; Y se reconocerían plenamente los derechos políticos de los capitalinos, pues habría Gobernador, Congreso Local y ayuntamientos como gobiernos de los municipios, electos todos, por el voto ciudadano.
Y de paso, proceder a dividir las Delegaciones mas grandes en población, como Iztapalapa, Gustavo A Madero y Álvaro Obregón, en dos o en tres. Así el nuevo Estado tendría, 21 municipios, por ejemplo.
Aclaro que no estoy descubriendo el hilo negro. La ruta marcada en las líneas anteriores, ha sido una exigencia de varias generaciones de luchadores sociales y políticos y, en general del pueblo chilango.
Pero la clase política, enclaustrada en la partidocracia, nos salió con su pasito tun tun (porque habrá demarcaciones territoriales con sus alcaldes y consejales, Jefe de Gobierno, y CDMX), cuando hay condiciones para dar el gran salto hacia adelante, en materia política para los capitalinos (es decir, para que haya municipios con sus respectivos ayuntamientos, gobernador y nuevo Estado, aparte del DF).
No se a qué le tuvieron miedo pero…
Al final solamente formalizan el cambio de nombre: Se llamaba Distrito Federal, hoy se llama (en realidad ya se le venía denominando así), Ciudad de México. En esencia, como repitió varias veces el propio Presidente Peña Nieto, “la CDMX seguirá siendo la capital del país”. Y como un Estado no puede ser la capital del país, la CDMX no es un Estado, no es el Estado 32 como muchos hubiéramos querido; sigue siendo el DF pero con nombre diferente.
Además, según la propia Constitución, en su artículo 115, “los Estados…en su división territorial y en su organización política y administrativa, adoptaran la forma de municipio libre, el cual será gobernado por un ayuntamiento…”. Por qué no se adoptó para la CDMX el Municipio libre y para sus gobierno el ayuntamiento? Pues porque la CDMX no es un estado, no es el estado 32.
(Con ese mismo cambio de formas, y con algunas adecuaciones, el actual Estatuto de Gobierno, solo cambiará de nombre, pasará a ser la Constitución local. Habrá que comprobarlo en su momento).
Y es que los ayuntamientos, que son el gobierno municipal, son equipos de trabajo, plurales, cuyos miembros provienen de varios partidos políticos e integrados por el propio presidente municipal, varios síndicos y varios regidores, y tienen algunas facultades legislativas, como acordar algunos nuevos impuestos y cobrarlos, para completar los gastos del municipio. Al parecer, los futuros alcaldes y consejales, de las nuevas “demarcaciones territoriales”, no tendrán tantas atribuciones.
Para colmo, de antemano se dice en el decreto que crea la CDMX que “el número de consejales irá de
Realmente, la nueva situación jurídica de la capital del país, no mejora la que había en tiempos pasados.
Por ejemplo, cuando se discutió ampliamente y por primera ocasión, este asunto, en 1824, el DF era la superficie que abarcaba el zócalo “y un radio de dos leguas a la redonda”. Dos leguas son como
Hoy, la superficie de la capital de la República supera los
No obstante, vale la pena precisar que aún en los tiempos de don Porfirio y hasta el asesinato de Álvaro Obregón, en 1928, en el DF se elegía gobernador y ayuntamientos, pues había municipios – Tlalpan, Tacuba, Tacubaya, Mixcoac, Iztapalapa, México,… - en vez de delegaciones, pues en aquella clase política existía la preocupación de que los habitantes de las demarcaciones eligieran a sus gobernantes mas inmediatos. Esta es otra de las cosas que fue cambiando.
Luego de 1928, el DF se convirtió en “Departamento”, en el cual sus gobernantes eran designados por el Presidente en turno; eran Regentes, hasta
Dicho cambio ha sido a cuentagotas. Para los ciudadanos capitalinos, ha sido como obtener democracia regateada y en abonos. Y la clase política aún nos sale debiendo. Y ella solita se privilegia. Véase el caso de los 100 integrantes del Constituyente capitalino. Sesenta van a ser electos pero si algún ciudadano, de manera independiente, quiere participar como aspirante, de antemano debe mostrar que tiene el respaldo de 73 mil ciudadanos. Pero con solo la firma del Presidente o del Jefe de Gobierno, pueden aprobar cada uno a seis constituyentes. ¿Por qué esos privilegios?
Además de lo anterior, según entiendo, en la capital existe un Partido político, el PH, con registro local pero que no puede participar en los comicios de junio próximo, pero en cambio, si pueden hacerlo los demás partidos, porque cuentan con registro nacional, aunque no tengan presencia significativa en la CDMX.
Así que los derechos políticos de los ciudadanos capitalinos, comparados con los derechos de mexicanos de otras entidades federativas, siguen cercenados.
Quizá por todo ello, cuando al Jefe del Gobierno del DF le preguntan qué ganan los capitalinos con los cambios aprobados, responde que “el fondo de capitalidad, que en 2015 fue de 4 mil millones de pesos, ya no será negociable”. O sea, ¿solo es un asunto de dinero?
Por eso también estamos como estamos. La capital es un caos.
Este era uno de los señalamientos críticos que se le hacían recurrentemente al ex partido de Estado, porque se negaba a modificar dicho status de los capitalinos. Pero la dizque izquierda llegó al poder y teniendo todo para lograr la transformación requerida,… olvidó todo. Hasta recientemente en que lograrlo, depende de los favores que en ese sentido haga el PRI a don Mancera.
El DF, como asiento de los poderes federales, bien puede volver a tener una extensión territorial de un radio de dos leguas a partir del zócalo capitalino. O las tres Delegaciones más céntricas, pueden seguir siéndolo. O solamente la superficie que ocupen los inmuebles federales, pueden ser el DF. Y el resto del territorio de la hoy CDMX, sería convertido en un Estado más, como lo prevé la propia Constitución.
¿Hasta cuándo?
Notitas: Una.- Que este 5 de febrero nuestra Constitución, la vigente, cumple ¡99 años! Y, gracias a los legisladores de los últimos 15 años, ella está bien gruesa, es decir, obesa, de tanto texto que le han aumentado. Lo peor es que, como a los venerables ancianos, muchos no la respetan. Como que ya hace falta otra, delgadita, respetable, como la original ¿no creen? Dos.- Que, coincidentemente, los días 4 y 5, de las
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