jueves, 10 de septiembre de 2015

Óptica Ciudadana

Óptica Ciudadana

 

Creer o no creer


Teotihuacan en línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. Parodiando al shaquespeare aquel, creer o no creer, esa es la cuestión, en esto de las investigaciones sobre lo que ocurrió hace casi un año en la noche de Iguala, Guerrero, cuando desaparecieron 43 estudiantes normalistas. Tan politizado está el asunto, que se ha  convertido en un acto de fe.
¿Le creemos o no le creemos a la investigación de la PGR? Quienes de principio, estén en contra del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, que son mas de dos tercios del electorado, sin mayor análisis de tal investigación, dirán que niguas, no hay que creerle nada al gobierno. ¿Le creemos al Informe que acaba de presentar sobre el mismo asunto, el “grupo de expertos”? Aquellos mismos, sin mayor reflexión, dirán que sí. Y será el cuento de nunca acabar. En realidad se trata de una lucha por ganar la percepción ciudadana. Lo de menos es la verdad.             
Y a vosotros, estimados lectores, ¿qué les parece el Informe que nos acaba de presentar el GIEI? Sí, ya sé que tal documento consta como de 500 páginas, pero hay que echarle un ojo para entender mejor de lo que estamos hablando y…


Dado que la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR), fue cuestionada desde el momento de presentarse en público de la gente, por aquella mayoría de opositores de don Peña Nieto (además hay que tomar en cuenta que, de acuerdo a estudio reciente del INE, en estos tiempos, los mexicanos no le creemos ni a nuestra propia sombra), su gobierno se preocupó por ganar credibilidad en este asunto.
De ahí que el GIEI – Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes – haya sido contratado, con acuerdo de los padres de las víctimas,  por el propio gobierno mexicano y con el visto bueno de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), que depende de la OEA, “para esclarecer los hechos”, sobre los 43 desparecidos el 26 de septiembre del año pasado.
Al GIEI lo integran cinco expertos, Carlos Martín Beristain, Francisco Cox Vial, Claudia Paz y Paz, Alejandro Valencia Villa y Ángela Buitrago.  Además,  ellos mismos se hicieron de otro asesor, el Dr. José Torero. Y convinieron un pago, ¡faltaba mas, la justicia puede ser ciega pero no desinteresada! , de un millón de dólares.
Yo le eché un ojo a tal informe, sobre todo a sus conclusiones y  si dependiera de mi, les pediría que devolvieran, porque es dinero de los contribuyentes, el millón de dólares (ó 16 millones de pesos, al actual tipo de cambio), que se les pagó, por seis meses de trabajo. Sí, uno punto dos millones de dólares a cada uno de los cinco integrantes de dicha Comisión. Porque se ve que poco hicieron para ganárselos.
Miren que venir a informarnos, luego de tenernos seis mees en ascuas, en su principal conclusión que “…las Víctimas no fueron incineradas en el basurero de Cocula….y la evidencia captada no permite inferir mejores conclusiones…”.
Es decir, esos que se autodenominan expertos, no dicen que las víctimas no fueron quemadas sino que no fueron quemados en ese basurero. Y que no saben qué pasó. Tanto que se les pagó para tan poco. 
Y lo peor es que la justificación de su dicho es un vil fusil de la hipótesis del Dr. Jorge Antonio  Montemayor Alderete, investigador de la UNAM, mexicano, este sí para mas señas, quien viene diciendo exactamente lo mismo desde diciembre del año pasado, aunque sin lograr convencer a muchos de su dicho. Y los cinco expertos ¿algo le pagarían al Dr. Montemayor por haberse fusilado su hipótesis?
La hipótesis completa de Montemayor,  dice que “no es posible que los cuerpos de los 43 desaparecidos hayan sido quemados en el basurero del municipio de Cocula pues para ello se hubieran requerido 35 toneladas de madera, 15 mil kilos de llantas,…” por lo que dichos cuerpos “pudieron haber sido quemados en los crematorios que el ejercito tiene en Chilpancingo,…”. Montemayor, según dijo en su momento, fue asesorado por un investigador de una universidad australiana.
Y ahora los cinco expertos del GIEI, dicen exactamente lo mismo. Por cierto, ellos también se asesoraron de un investigador de una universidad australiana, llamado, José Torero.
El problemita adicional es que la investigación de la PGR está respaldada por unos cien peritos, de la propia dependencia, de la UNAM, del Instituto Mexicano del Petróleo y algunos norteamericanos, ingleses y hasta  austriacos. ¿Uno solo, el del GIEI, sabe más que todos ellos? O ¿la PGR compró a todos aquellos?
Y lo peor de todo es que ambas investigaciones, la de la PGR y la del GIEI, no responden a otras preguntas importantes sobre el caso: ¿Quién mandó a los 43 normalistas a Chilpancingo? ¿Para qué lo hizo? ¿Quién ordenó desviarlos hacia Iguala? ¿Por qué 42 de ellos eran recién ingresados a la normal de Ayotzinapa? ¿Por qué al parecer, el número 43 de ellos, el más antiguo en la Normal, que actuaba como líder de los demás desaparecidos y gente de confianza del mero mero de dicha escuela, en dicho evento tan triste, fue desollado vivo?
Más: ¿Por qué no se investiga al ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero? ¿Por qué no se interrogó a quienes designaron candidato y a quienes lo avalaron como tal haciendo caso omiso de denuncias concretas en su contra, a quien luego se convirtió en Presidente Municipal de Iguala, y hoy preso junto con su esposa, José Luís Abarca?
Y una nueva pregunta: Si el Informe del GIEI es el bueno, los 110 detenidos por su supuesta participación en la multicitada desaparición de los 43, incluidos el ex alcalde de Iguala y su esposa, ¿serán liberados?
No sé a ustedes qué les parezca el Informe del GIEI, estimados lectores, pero lo que en nada ayuda a esclarecer el caso, es el ruido producido por los actos de fe que abundan en las redes sociales. Realmente lo que debe contar son las evidencias, no los actos de fe o el ¿creer o no creer?                
Notitas: Una.-  Que la discusión para aprobar el Presupuesto de Egresos para el 2016, debiera ser una oportunidad para que la clase política nacional se gane a la ciudadanía. ¿Cómo? Suprimiendo los privilegios económicos y sociales, de que gozan los titulares de los tres Poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, además de los asignados a los organismos “autónomos del Estado”, o sea, el INE, el INEGI, la CNDH, el IFAI,… A lo mejor, en lugar de aprobar un Presupuesto  de 4.7 Billones de pesos, acuerdan uno de 4 billones, o sea, 700 mil millones de pesos menos, y no los 221 de que hablan. Ese sí, seria un presupuesto austero, como quiere el Secretario de Hacienda. Dos.- Que luego de la presentación de mi libro, “Cuando correteábamos utopías”, el pasado sábado, 5 de septiembre, en Azcapotzalco, DF, escuche de una de las asistentes, el mejor comentario de los que he escuchado al respecto. “Leer su libro me devolvió la esperanza en la vida”, me dijo la joven Alfonsina Xilomen León Ortiz, estudiante de Trabajo Social en la UNAM. Apenas pude reaccionar diciéndole que la vida es hermosa y que…muchas gracias. Tres.-  Que insisto, mis estimados, hay que hacer ejercicio diario, pues es una manera de aliviar a nuestro país de tanto enfermo. Somos de las naciones en donde existen más enfermos de todo.  Cuatro.- Que de paso, nomás de paso, plantemos un árbol cada año. Si somos 84 millones de ciudadanos, podría haber cada año, 84 millones de nuevos árboles. Así ayudamos al planeta y a nosotros mismos. ¿Va?  
    

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