jueves, 31 de julio de 2014

INAH presenta El Principito en versión Otomí

INAH presenta El Principito en versión Otomí


Teotihuacan en línea. INAH. El Principito, la obra francesa más traducida de todos los tiempos, fue presentado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en su versión otomí, para conmemorar los 70 años de la muerte de Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944). La versión hñahñu de El Principito, fue presentada en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH).
Ra zi ts’unt’u dänganda fue el título con el que el profesor y traductor Raymundo Isidro Alavez describió a este inocente e inmortal personaje infantil.
Los otomíes, de manera particular los del Valle del Mezquital, Hidalgo, tienen la oportunidad de acercarse y emocionarse con esta obra de la literatura universal, en su lengua materna.
Erasto Antúnez Reyes, investigador de la Dirección de Lingüística del Instituto, destacó el mérito de esta versión en hñahñu, una lengua de sumo prestigio desde la época prehispánica y que se habló en importantes urbes mesoamericanas como Tula.
Entre los valores simbólicos, vasos comunicantes y universales que pueden unir el libro con los lectores otomíes del Valle del Mezquital de hoy, se encuentran “La presencia de la flor que representa la vanidad de la mujer, el zorro que es la imagen de la amistad y la serpiente como recuerdo del peligro que los humanos corremos al vivir”, refirió el también profesor de la ENAH.
“Antoine de Saint-Exupéry dedicó El Principito a Leon Werth, su mejor amigo, o como él mismo corrigió, A Leon Werth cuando era niño, razón por la cual la obra es una invitación a recordar las virtudes de la infancia, entre ellas la generosidad. No por nada el pequeño príncipe valoraba la labor del farolero que daba luz a todos por igual”, dijo.
“¿Qué hace el niño? El niño se divierte, vive su fantasía, es creativo. Fuera de su planeta, el principito se irá encontrando con personajes que le brindarán lecciones sobre la naturaleza humana; de ellas rescata en particular la enseñanza del zorro que le pide ser domesticado, querido por él: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”, dijo el profesor del Centro de Enseñanza de Idiomas de la FES-Acatlán, donde imparte clases de hñahñu.
De acuerdo con Raymundo Isidro Alavez, especializado en psicología educativa e historia de México, el zorro y la rosa, que son elementales dentro de la narración, también son figuras que tienen un simbolismo muy especial en la cultura hñahñu. “De ahí que su lectura resultará muy cercana para los niños y adultos otomíes que lo tomen entre sus manos”.
Ra zi ts’unt’u dänganda, editado por el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, y el Liceo Franco Mexicano, es una obra más que Raymundo Isidro Alavez acerca a los otomíes gracias a su labor de traducción

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