¿Preponderantes o…?

¿Preponderantes o…?

Teotihuacan en línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. Supongo que a los legisladores federales y al Presidente de la República, que fue quien envió la iniciativa, que a mediados del año pasado, modificaron la Constitución en materia de telecomunicaciones, para que se pueda declarar como “agente preponderante”, a aquellas empresas con mas del 50 por ciento, de la concentración de alguno de esos mercados, les tembló la mano, les dio miedo, decirle “al pan, pan” y “al vino, vino”.
Porque bien pudieron acordar que en su reforma se utilizara el término “monopolio” en lugar de “preponderante”. Ya que eso han sido las empresas; la de Emilio Azcárraga y la de Carlos Slim, y otras eh!, ahora declaradas pomposamente, por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), “agentes preponderantes”.
Un monopolio es una estructura de mercado en la que un solo vendedor, controla la oferta de un producto, sin sustitutos próximos y es exclusivo en algo. El monopolio obtiene la cantidad de productos que le maximizan beneficios y fija el precio por el cual los consumidores comprarán dicha cantidad, sin tener otra opción. Y eso han sido algunas empresas, durante muchos años, en México.
Televisa, por ejemplo, llegó a controlar el 100 por ciento del mercado nacional de televidentes. Actualmente, “solamente” controla el 70 por ciento. El resto lo opera TV-Azteca y televisoras pequeñas.
Igual con Telmex y compañía. Siendo ya una empresa privada, llegó a controlar el 100 por ciento del mercado en el país. Hoy solamente opera el 80 por ciento de la telefonía fija y el 70 por ciento de la telefonía móvil o sea, los celulares. Solamente.     
En cambio, una “Empresa Económica Preponderante” (EEP), es cualquiera que ofrezca servicios de radiodifusión o telecomunicaciones, y que concentra directa  indirectamente, al menos el 50 por ciento del mercado. Es decir, las empresas citadas, superan en mucho este concepto.
¿Por qué la clase política, que aprobó lo de “preponderante”, no utilizó el término “monopolio”. Por miedo. Esas empresas, y otras, son viles monopolios. Y los monopolios son dañinos para la economía de cualquier país. Al nuestro lo han dañado mucho. Y a los consumidores de sus productos y servicios, les han ido peor. Eso lo entendió muy bien el legislador original, el de 1917, pues así lo plasmó en la Constitución, aprobada ese año.
Dice su artículo 28:

“En los Estados Unidos Mexicanos, quedan prohibidos los monopolios, las prácticas monopólicas,.…En consecuencia, la ley castigará severamente y las autoridades perseguirán con eficacia, toda concentración y acaparamiento en una o pocas manos, de artículos de consumo necesario y que tenga por objeto obtener el alza de los precios; todo acuerdo, procedimiento o combinación de los productores, industriales, comerciantes o empresarios de servicios, que de cualquier manera hagan, para evitar la libre concurrencia, o la competencia entre sí, y obligar a los consumidores a pagar precios exagerados y, en general, todo lo que constituya una ventaja indebida, a favor de una o varias personas determinadas y con perjuicio del público en general o de alguna clase social”. 
El texto es muy claro. “…la ley castigará severamente y las autoridades perseguirán con eficacia…” a los monopolios y a los monopolistas. Pero nada. El legislador actual, que se decidió a hacer algo al respecto, se quedó muy corto de miras, ¿por miedo, por conveniencia? A las multicitadas empresas (¿por qué a otras no?) solo permite se les declare “EEP”.
Ahora, a partir de esa “declaratoria”, Televisa tiene prohibido adquirir en exclusiva derechos de transmisión, como la final del mundial de futbol y liguillas del futbol mexicano; debe publicar sus tarifas y contratos de publicidad y compartir su infraestructura, o sea, sus torres, fuentes de energía, mástiles,…
Y Telmex y compañía, tienen prohibido realizar cargos por el servicio de roaming nacional; debe permitir a otros operadores; usar sus redes telefónicas, para brindar servicio de voz y datos.
¿Y las consecuencias?
Al darse a conocer la medida, Televisa sufrió una baja de 2.33 % de sus acciones en la BMV; Y el Grupo Carso, que agrupa a Telmex y hermanas, perdió 0.91 % el valor de sus acciones. O para ser más claros: perdieron un pelo de gato.
Ahora habrá que esperar a ver si las dos nuevas cadenas de televisión, que ya se anuncia habrá, de veras le hacen sombra a Televisa, y si de veras pueden doblegar a don Carlitos Slim y a su emporio, o monopolio o como le dicen ahora, “empresa preponderante”.
Y a todo esto, ¿qué dicen los consumidores, seguiremos permitiendo que pocos se enriquezcan a costa de nuestros bolsillos?                                        
Notitas: Una.- Que el ex carnal Marcelo, ex Jefe de Gobierno del DF, bien que presumió sus tres obras cumbre, la línea 12 del Metro, la remodelación del Circuito Bicentenario (Circuito Interior) y la llamada Supervía. Hasta logró que se le nombrara como “(dizque) Mejor Alcalde del mundo”. Hoy resulta: Que a poco mas de un año de estrenado, el funcionamiento de dicha línea, en su mayoría, 11 estaciones, debe ser suspendido, “por peligroso” ¿No que el aumento al precio del boleto del Metro, era para mejorar, salió peor?; Que la remodelación del circuito aquel, está incompleta, pues le faltaron puentes. “Y tardará dos años en corregirse”, dice el buen Mancera. Serán dos años en que los capitalinos volveremos a pasar las de Caín, en eso del tráfico infernal; Ya solo falta que la Supervía se deseche por inútil. ¿Habrá castigo? No, de seguro, como se acostumbra, premiarán a los irresponsables. Al cabo, los paganos serán los de siempre, los de abajo. Dos.- Que en una de esas, mejor formamos Nuestro Partido, para los de abajo. Tres.- Que se agradece al licenciado Juan Antonio García Delgado, la exposición de su Conferencia “Crisis capitalista y calentamiento global”, el pasado martes 11 de marzo, en “Por el cambio con Dignidad”.  Cuatro.- Que aunque parezca cantaleta, hay que ejercitarse diario y plantar cada uno, un árbol este año. A todos nos conviene. Luego no digan, estimados lectores, que no se los dije