La Cumbre

La Cumbre

Teotihuacan en línea. Artículo de José Luís Hernández Jiménez. Pues sí, está bien que las ventas que México hace a Canadá hayan crecido un 600 por ciento en el corto plazo; y las que hacemos a EU, también hayan aumentado un 570 por ciento. Correcto que el saldo comercial de la operación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los tres, nos sea favorable como país pero… ¿por qué canijos a ellos, a sus connacionales les va mucho mejor que a nosotros?
Cuando inició la integración comercial formal de México con otros países, allá por los ochentas, con la firma del acuerdo comercial conocido como GATT, y más acá, por los noventas, con los dos gigantes de América del Norte, con el TLC, tal integración se veía media rara, pues un país débil, México, se asociaba con naciones fuertemente desarrolladas, Canadá y EU. Y no solo rara sino antinatural. Era como poner a competir, comercialmente hablando, claro, a un escuálido boxeador mexicano, digamos a un “Canelo” Hernández, con Robocop y con Terminator. El resultado parecía previsible, nos iban a dar hasta por debajo de la lengua.
Pero los gobernantes de entonces dijeron que con esa asociación, que finalmente impusieron, a México le tocaría ser halado hacia delante por esas dos naciones que harían las veces de dos locomotoras. Y sí, nos han halado pero parece que no tanto como se pregonaba y esperaba.
Por ejemplo, en términos de riqueza producida anualmente, calculada por cabeza, o sea, por habitante, (el famoso PIB per cápita), en el caso de México es de 10 mil dólares; en el de Estados Unidos es de 50 mil y en el de Canadá es de 52 mil dólares.
Sí, podrá argumentarse que los canadienses apenas son como 35 millones, pero los gringos son
como 316 millones, mientras que nosotros, los mexicanos, ya somos como 118 millones (si no es que mas, porque por doquier se miran hasta niñas embarazadas). Y es que si fuera por habitantes, a la velocidad de los canadienses, nuestro PIB per cápita debería ser de 180 mil dólares y no los 10 mil que apenas acumulamos.
O véase desde la óptica del salario. En Estados Unidos, el salario mínimo general, por jornada laboral de 8 horas al día, es de 64 dólares; En Canadá es muy similar y ¿en México? ¡Es el equivalente de 6 dólares!
Con justificada razón, el nivel de vida de canadienses y estadounidenses, es altísimo, digamos como una Torre Latinoamericana, mientras que el de los mexicanos (sobre todo el del 52 por ciento, unos 64 millones de compatriotas) es bajísimo; digamos como una casa de dos pisos.
Tampoco nos podemos justificar diciendo que los gringos se independizaron hace mucho, en 1776 (aunque su madre patria, Gran Bretaña, les reconoció su independencia hasta 1783). Pero lo que  hoy es México, logró su independencia política de la madre patria, España, en 1821 (aunque ésta se echó para atrás y la reconoció hasta 1836). ¿Y Canadá? Canadá logró su independencia al 100 por ciento, hace apenas 32 años, en 1982. No, no tenemos justificación para estar muy mal, comparados con ellos.
Podrá decirse que EU alimentó su poderío “comiéndose” cachos de Francia, España, Gran Bretaña, Rusia, las Repúblicas de Texas y de Hawai y, claro, México. Pero Canadá a nadie se ha “comido” y… apenas, entre marinos, soldados y fuerza aérea, tiene 67 mil elementos. México tiene 200 mil Y…EU tiene ¡las dos quintas partes del gasto militar mundial!
Es claro que la asociación comercial de estos tres países, tiene resultados desiguales para sus respectivas poblaciones. A nosotros no nos ha ido tan bien como a ellos.
A ver si un día de estos, en “represalia” porque a ellos les va bien y a nosotros no, a los canadienses (que son los segundos visitadores turistas que tenemos) les negamos las visas para que no puedan entrar, como ellos están haciendo con muchos de nuestros paisanos, y no se puedan venir a calentar con el sol de nuestras playas, y a los gringos que vengan los empezamos a expulsar de nuestro territorio, como ellos hacen con muchos de nuestros compatriotas.       
Y a mi, estimados  lectores, el último de sus compatriotas, lo único que me queda es hacer “changuitos”, para que en la VII Cumbre de Líderes de América del Norte, celebrada este miércoles 19 de febrero, en la sitiada ciudad choricera de Toluca, en el Estado de México, los ilustres Barack Obama, Stephen Harper, Enrique Peña Nieto, y contlapaches de los tres, hayan tomado acuerdos que también nos beneficien a la mayoría de los mexicanos. ¿No creen?      
Notitas: Una.- Que si no cambia pronto la situación en Venezuela, el inmaduro de Maduro va a caer. Y Nicolás dirá otra vez, que “fue un complot preparado desde México”. Dos.- Que ya se supo: el 67 por ciento de los capitalinos, está en contra de la “legalización” del consumo de la mariguana. Seguro por eso, por conveniencia electoral, la mayoría de los legisladores locales capitalinos, se echó para atrás en su intención, originalmente explícita, de tal “legalización”. Lo que ignoran es que el consumo de la “yerba mala”, en el DF, está legalizado desde hace mucho tiempo. Tres.- Y mejor, mis estimados, hay que hacer ejercicio cotidianamente, es la mejor de las adicciones. ¿Va?