Zambrano, mi cuate
Teotihuacan en línea. José Luís Hernández Jiménez. Me lo topé caminando apresurado por la avenida 5 de mayo, en la capital del país, el 5 de mayo del 2011. “¡Hola Jesús, a que te dedicas!”, le pregunté. Me miró extrañado. Respondió: “¿No sabes que desde marzo soy el nuevo Presidente del PRD?”. “¡Ah! Pues felicidades”, respondí. “¡Veme en mi oficina!”, dijo.
Zambrano Grijalva corrió rumbo al Monumento a
Eran poquitos, más poquitos que nosotros, los del PMT, pero parecían consecuentes. Se decía que Jesús, por haber sido parte de
Por eso, cuando lo volví a encontrar, mayo de 2011, ya encumbrado, me entusiasmé. Me dije a mi mismo: “Mi mismo, ya que me está invitando, a lo mejor se deja ayudar para organizarle al desorganizado partido y…”.
Así que días después, por interpósita persona, le envié un recordatorio para saber cuando me recibiría. Nada. Pasaron algunas semanas y le hice llegar, por medio de la misma persona que labora en las mismas oficinas que Zambrano, una tarjeta, recordándosela, su invitación eh, no sean mal pesados. Pero nada.
Pasaron dos meses, tres. Ahora le envié, a mi amigo Chucho, un escrito en forma, recordándole su invitación y preguntando la fecha de la cita. No hubo respuesta.
Entonces, conseguí el número telefónico de su oficina y le marqué. La ayudante de la secretaria del Secretario Particular del poderoso presidente del PRD, amable me respondió que decía su jefa que el jefe de ésta no estaba y que, por lo tanto, no me podía dar razón por el momento. Días después volví a marcar. La ayudante accedió a comunicarme con la secretaria del Secretario Particular. Y la secretaria, díjome también muy amable, que su jefe, o sea, el Secretario Particular de don Zambrano, no se encontraba disponible en ese momento y que si yo quería, volviera a intentarlo dos semanas después, dado que el C Secretario se iba de vacaciones.
Ya era fines de agosto de 2011.
Luego de las vacaciones del susodicho Secretario, volví a marcar el número telefónico que ya me sabia de memoria. La ayudante aquella, me comunicó con la secretaria del Secretario particular. Me dijo que por favor le llamara el viernes que era cuando el Secretario me podía tomar la llamada. Apenas era lunes. Lo bueno es que me da por cultivar la paciencia. Así que llegó el primer viernes de septiembre de 2011. Y volví a marcar el dichoso número.
Ahora sí logré la comunicación con el licenciado Manuel Spíndola, Secretario Particular de aquel poderoso. “¡Hola, cómo está! Mi secretaria me ha dicho que me anda buscando y…no fíjese que el ingeniero (¡!) no está, la agenda está muy saturada y…¿por qué no viene a la oficina? Y…no hoy no, mejor venga de hoy en ocho, si el viernes no, mejor para mas seguro, dentro de dos semanas y aquí platicamos”. Y cortó.
Así que este paciente idealista o ingenuo, aspirante a salvador del PRD, o sea, su seguro servidor, estimados cuatro o cinco lectores, se apersonó el último viernes de septiembre del 2011, en la muy elegante oficina del C. Secretario Particular del C. “Ingeniero” y Presidente Nacional del PRD, ubicada en el octavo piso del lujoso edificio sito en
Y sí, por fin fui recibido por el poderoso Secretario Particular del poderoso presidente del PRD. Luego de algunos minutos de las debidas presentaciones, afirmaciones, aclaración de sus dudas, y hasta los acostumbrados e hipócritas apapachos y dizque reconocimientos a mi persona, díjome el C. Secretario que cómo no, que me agendaría una cita con su jefe, que ya estaba, que sería el último viernes de octubre. Saqué de mi bolso trasero del pantalón mi frasquito de paciencia, tomé una de las pastillitas y la coloqué en mi delicada lengua. Suspiré. A esperar un mes más.
Pero un día antes del esperado viernes, sonó mi tel móvil. Era el C Secretario: “¡Discúlpeme José Luís, pero fíjese que el ingeniero Jesús Zambrano sale de gira y vuelve en algunas semanas así que le llamo para posponer su cita. ¿Qué le parece si la recorremos un mes mas?”. Pues ya qué. Saqué y noté que mi frasquito casi estaba vacío.
Llegó el último viernes de noviembre. Arribé a la cita. Me atendió la ayudante de la secretaria del Secretario y…”fíjese que tuvieron que salir de urgencia los dos y…pero nosotros le llamamos en cuanto nos indiquen”, dijo la amable ayudante.
El lunes siguiente, que ya correspondía a diciembre, cuando aún mi vesícula biliar no se reponía, ¡sorpresa!, recibí una llamada del C Secretario: “Que disculpe, que no vuelve a suceder y que venga usted ¡el 21 de diciembre!” Le tuve que decir que sí.
El 21 de diciembre, a la hora pactada, arribé a la elegante oficina de don Zambrano; por supuesto, dicho espacio nada tenia que ver con su oficina de cuando andaba de izquierdoso idealista. Me anuncié. “Pues que perdone usted pero el ingeniero esta ocupado”, fue lo primero que me dijeron. “Si gusta esperarlo”. Me acomodé en el sillón más cómodo que encontré. Una hora, dos. “Pues fíjese que sigue muy ocupado y…”. Otra hora transcurrió. En el inter, entraron y salieron las cámaras de Televisa, de TV Azteca. A punto de hartarme, me dirigí a la ayudante da la secretaria del Secretario. Pero en eso, topé con Rafael Hernández Estrada, quien de inmediato me identificó y se identificó: “¡Hola José Luís, cómo estás, yo aquí, ahora soy el representante del PRD ante el Consejo General del IFE. ¿Vienes a ver a Zambrano?” “Sí, le respondí, desde el 5 de mayo pasado me invitó a venir y aún no lo puedo ver. Imagínate, cuando Fox llegó a Presidente de
Así lo hice. “¡Pasa José Luís!”, dijo Zambrano. Me abrazó. “¿Qué se te ofrece?”. “¿Qué se me ofrece?, respondí. ¡Pues si tú me invitaste a venir a verte! Tu memoria está muy gastada. Ha de ser porque eres ocho días más anciano que yo. Pero ya aquí, aprovecho el viaje”. Me acomodé para explicarle mi plan: “Si estas de acuerdo, y sin cobrarte, creo se puede lograr que el PRD tenga lo que le falta, dirigentes nacionales y estatales, organizados, capacitados y aptos para ganar elecciones. Solo requiero todo tu apoyo como presidente y el de toda la estructura del PRD. Porque como están, no van a ganar elecciones, ni estas ni las futuras”.
Me escuchó con el ceño fruncido y cada vez mas impaciente, durante los quince minutos que duré despotricando contra la decadencia de las dirigencias del Partido y explicándole mi plan. Me dijo: “Está bien. Lo operamos desde el Instituto de Formación Política. Habla con Cristina Gaytán,
Salí de la oficina de mi cuate Zambrano y me dirigí a preguntar por la dama que me había dicho. La respuesta de la secretaria, anunciaba un nuevo calvario: “Cristina salió de vacaciones. Regresa el 11 de enero y…al final opté por no insistir.
Ahora que veo los resultados electorales del pasado 7 de julio, donde el PRD montado en el PAN regresa al tercer lugar – De 144, ahora gobernará en 116 municipios; En cinco entidades ya no participará en Ayuntamientos; Antes de los comicios gobernaba 1 millón de personas más que las que ahora – me acuerdo de mi cuate Zambrano. Se lo dije pero… ¡si será!
asi son estos weyes llegan al poder y desconocen a los lideres
ResponderEliminarjajajjajajajajjajajajaja yo pase por lo mismo pero se aprende a no volver el mismo error jamas.
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