Bomberos dan último adiós a Pedrito
Teotihuacan en Línea. Ecatepec. Entre porras y aplausos, familiares, amigos y vecinos despidieron al Bombero Honorario de Ecatepec, Pedro Armando Pineda Rodríguez, un niño de ocho años de edad, quien murió después de cuatro días de estar internado por la atrofia muscular espinal que padecía, la cual finalmente le ganó la batalla el pasado 24 de diciembre. “Quienes lo recuerden, saben que ahora está caminando; él ya está bien y sabemos que está feliz y sabemos que ya no tendrá ese sufrimiento”, expresó María del Rocío Rodríguez, madre del pequeño, que junto con sus dos hermanas y abuelo, habitaban en la colonia Potrero del Rey. El anhelo de Pedrito, como todos lo llamaban, era llegar a edad adulta, ayudar a salvar vidas y apagar incendios, pero la enfermedad se lo impidió, no sin antes tener la satisfacción de ser un vulcano más de este municipio, nombramiento que recibió el 21 de agosto pasado por parte del presidente municipal de Ecatepec, Eruviel Ávila Villegas, quien también le entregó su uniforme, casco y gafete. Vulcanos de Ecatepec arribaron hasta el domicilio de los familiares de Pedrito en la delegación Gustavo A. Madero, donde era velado, para montar una guardia de honor y darle el último pase de lista. Cuando tenía apenas un año de edad, en el 2003, a Pedrito le fue diagnosticada una enfermedad crónica degenerativa, llamada atrofia muscular espinal, lo que impedía el desarrollo de sus músculos y que lo mantenía en una silla de ruedas. Aún con las limitaciones económicas y físicas, el niño asistía a la escuela y era el mejor de su clase, con un promedio de 9.8; incluso en muchas ocasiones le dijo a su mamá y profesoras que cuando creciera, se uniría al cuerpo de Bomberos para salvar vidas, lo cual motivó al gobierno de Ecatepec a darle su nombramiento que duró cuatro meses. “Era un niño que amaba mucho la vida, tenía muchos sueños, le costó mucho trabajo aprender a leer, pero siempre dio una cara positiva, lo recordaré como un ángel que se atravesó en mi camino”, dijo su maestra Leonor Durán. Más de 50 personas dieron el último adiós a Pedrito, al que también se unieron las torretas de los camiones de Bomberos de Ecatepec, antes de que el féretro fuera llevado para su inhumación al Panteón Metropolitano en la colonia Tacuba, en la Ciudad de México
que bueno que el presidente lo tomo en cuenta vivo porque despues ya no se puede hacer nada
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