Juan Hernández Luna y el tabaco para el puma de Acapulco
Teotihuacan en Línea. Ricardo Melgar. Juan Hernández Luna fue uno de mis grandes amigos literarios. Lo conocí, al poblano “Con alma chilanga”, como él se retrataba y le gustaba que lo retrataran, cuando ambos colaborábamos para un diario ubicado en la calle de Bucareli, en la Ciudad de México en 1997.
Ahí, las letras y el amor por la novela negra unió una amistad que se fortificó a través del debate sano y las pláticas de cafetería. La amistad, duradera; por años, nos llevó, a Juan Hernández Luna, y a un servidor, a compartir estrategias literarias, esbozos de novela y sueños, a los caminos que llevan al teclado de una computadora emanados por la literatura.
Lo recuerdo, flaco, desgarbado, con el sentido del humor a flor de piel, cuando nos reunimos en la casa de Paco Ignacio Taibo II, en la colonia Condesa del D.F., a deliberar sobre detectives de novela y silencios de corrupción en México…lo recuerdo, con la playera de la semana negra de Gijón, en aquel fin de semana, que pasamos en mi departamento de Acapulco, con mi esposa, y “La lolis”; su mujer…fue ahí, donde me dedicó sus libros “Tabaco para el puma y Quizás otros labios”…fue ahí, donde Juan Hernández Luna lloró de alegría ante la inminente premiación en España de una de sus novelas.
De Juan Hernández Luna me quedo con su alegría, con el entusiasmo de la vida; con el amor a la cultura popular…con sus letras.
Los caminos son extraños, y los amigos se alejan, pero con mi amigo, mi buen amigo Juan Hernández Luna, los recuerdos quedarán en aquellas novelas ahora tristes, que desde sus historias dibujan a un sonriente “Chilango poblano” que se fue muy, muy pronto
domingo, 11 de julio de 2010
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Silencio, es lo unico que puedo comentar en este momento!!!mi novela favorita quizas otros labios
ResponderEliminarDescansa Maestro
ResponderEliminarGran Escritor,yo tengo todas sus novelas
ResponderEliminarMi más sentido pésame a la familia este es el tipo de noticias que uno nunca espera escuchar en la vida
ResponderEliminarfamilia Chavez Lara
en verdad deja un vacio en las personas que amamos la lectura y triste saber que los libros que uno compra solo serviran de recuerdo
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